Este miércoles 25 de agosto participamos del acto de repudio al acuerdo que firmó la provincia de Chaco con China para instalar granjas productoras de cerdos para abastecer el consumo del gigante asiático. Denunciamos que la iniciativa constituye sólo una ilusión “desarrollista” que no hará más que profundizar las desigualdades estructurales, con su corolario de miseria y devastación socioambiental que hipotecará el futuro de las nuevas generaciones.
Algunas semanas atrás, el gobernador chaqueño Jorge Capitanich confirmó la firma de un convenio de cooperación con la empresa de capitales chino-argentinos Feng Tian Food para la instalación de 3 mega granjas de producción de cerdos para exportar a China.
En el marco de la campaña electoral y las disputas internas de los precandidatos, la noticia no tuvo mayor repercusión. Sin embargo, constituye un escándalo en numerosos aspectos, comenzando por el incumplimiento del requisito de consulta previa a las poblaciones involucradas y por la ausencia de estudios respecto del probable impacto ambiental de instalaciones de este tipo, que se instalarían en pleno Impenetrable (recordemos, además, que Chaco es una de las provincias que más ha deforestado en los últimos años).
Además del interrogante ambiental que genera el enorme consumo de agua y de electricidad que implican estas instalaciones, así como de combustibles para toda una logística que profundiza la huella de carbono, hay que tener en cuenta el importante aumento en la generación de metano que implica la crianza de miles de animales. Otro factor clave a considerar pasa por el alimento para el ganado porcino, que implica la consolidación de un esquema agroextractivista, con los conocidos impactos de los herbicidas y pesticidas que acompañan al combo transgénico. Por no hablar de la incertidumbre respecto de las condiciones laborales en estas granjas, que los comunicados oficiales del gobierno de Capitanich no logran despejar.
Una reciente experiencia de cría masiva de porcinos en Chile da elementos para anticipar un futuro cercano lleno de graves problemas para la salud. Del otro lado de la cordillera las granjas de la empresa Agrosuper generaron importantes deterioros en la calidad de vida de los habitantes de las poblaciones cercanas, con inconvenientes que van desde el mal olor de los mataderos hasta malformaciones producto de la contaminación del aire y el agua.
Según la FAO, los cerdos “tienen niveles de emisión más bajos” que otros animales, representando entre el 7% y el 10% de la generación de gases contaminantes del sector ganadero, pero aclaran que para producir un kilo de carne de cerdo se requerirían 12.000 litros de agua potable, algo particularmente grave en un momento histórico en el cual un bien común como el agua se convierte en un factor vital cada vez más valioso.
En una provincia con 66% de niñxs bajo la línea de pobreza y un 70 % de hogares sin ingresos suficientes para cubrir la canasta básica, el gobierno provincial, con el aval del gobierno nacional, propone como salida esta ilusión “desarrollista” que no hará más que profundizar las desigualdades estructurales, con su corolario de miseria y devastación socioambiental que hipotecará el futuro de las nuevas generaciones.
Por todo esto decimos #NoalAcuerdoPorcino