“En un mundo de gusanos capitalistas hace falta coraje para ser mariposa” (Lohana Berkins)
“El narcotráfico se mezcla con los poderes económicos y políticos y ahí la impunidad es absoluta y afecta muchísimo a las mujeres, porque al reforzarse toda la militarización significa mayor agresión para las mujeres en todos los niveles” (berta Caceres, lideresa del Copinh asesinada el 3 de marzo 2016)
Como todos los años, salimos a las calles por los derechos de las mujeres. Este 8 de marzo recordamos a aquellas compañeras que se organizaron para reclamar por mejores condiciones de trabajo e igualdad de derechos. Aún con la controversia histórica acerca del hecho concreto que se reivindica, lo cierto es que el 8 de marzo visibiliza el papel protagónico y de lucha frontal contra el capitalismo que las mujeres trabajadoras llevamos adelante. Ya sea en las fábricas textiles norteamericanas de fin del siglo XIX o en las luchas y movilizaciones masivas impulsadas por las mujeres rusas, dando el último golpe al zarismo y el triunfo de la revolución rusa de 1917. Lo concreto es que el 8 de marzo recordamos a aquellas mujeres socialistas que dieron batalla para que existiera una fecha específica de visibilización de las luchas por nuestros derechos y de reivindicación del protagonismo de las mujeres.
Hoy, seguimos organizadas y sabemos mejor que nadie que las mujeres de la clase popular somos doble o triplemente explotadas. Trabajamos por un sueldo debajo del salario minimo y muchas veces 20% menor al de los varones por igual tarea. Trabajamos en nuestras casas cuidando a nuestrxs hijxs, limpiando, cocinando (entre otras cosas) y no recibimos ningún reconocimiento. Ni siquiera es considerado un trabajo, sino una “tarea”. Muchas somos el sostén económico y de vida en nuestras familias y seguimos teniendo menos derechos y oportunidades que los varones. Sufrimos una doble opresión: somos pobres y mujeres.
Nosotras, mujeres trabajadoras, no estamos representadas por este gobierno ni por sus dirigentes. La gobernadora María Eugenia Vidal, así como la vicepresidenta Gabriela Michetti o la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por citar solo a algunas, son parte de la clase dominante y explotadora. Son las que promulgan y afianzan el patriarcado con sus políticas machistas: En lo que va de este gobierno, son 50.000 lxs despedidxs y la mayor parte de ellxs son mujeres. Además, ya fue cerrado el Centro Integral de la Mujer de La Plata y en proceso de vaciamiento el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, del cual fueron despedidxs 113 trabajadorxs. Como autoridades del mismo, fueron dispuestas quienes estaban a cargo de un área similar en la Ciudad durante estos últimos años, teniendo en cuenta que no fue prioridad la política de género en el gobierno porteño. Este Programa es el que garantiza el acceso a los anticonceptivos en los centros de salud, por ejemplo.
MarÍa Eugenia Vidal, antes de asumir como gobernadora, utilizó la violencia de género como fundamento cuando la policía metropolitana baleo a un pibe en La Boca. “Estaba pegándole a una mujer”, justificó. No fue así. Claramente, recuperar un discurso de género es para el macrismo una suerte de “lavada de cara” que busca justificar el accionar policial contra los sectores populares. Un discurso vaciado de contenido, porque en los hechos, la sensibilización en situaciones de violencia contra las mujeres sigue estando ausente de todas las comisarías y sólo logramos garantizarla con la organización del movimiento de mujeres. Además, en esa misma línea, se ratificó el protocolo restrictivo para el acceso a abortos no punibles en CABA, el cual limita las posibilidades de garantizar esta intervencion de manera segura en los hospitales públicos.
De esta manera, el gobierno nacional está pisoteando nuestros derechos, dejando a miles de mujeres sostenes de hogar sin trabajo, sin acceso a la salud y bajo amenaza de represión, en el marco de la sanción del protocolo anti protesta. La precarización de la vida de las mujeres, que ya estaba agravada con los gobiernos kirchneristas encuentra en este giro conservador una profundización mayor. En efecto, en los años kirchneristas se presentaron avances positivos, como la ley contra toda forma de violencia hacia las mujeres, pero no contó con el presupuesto que positibilitara su ejecución. Del mismo modo el acceso a la vivienda digna, la salud integral y la educación se fueron achicando en aquellos años al igual que los salarios e ingresos de cooperativistas y beneficiarias de planes sociales. La militarización de los territorios comenzó con la presencia de la gendarmería y prefectura en nuestros barrios. La extensión en la provincia de Buenos Aires de policías federales, provinciales y locales –popularmente llamadxs pitufos- paulatinamente ejercieron control social y cobraron las vidas de cientos de nuestrxs pibas y pibes. En las provincias donde el extractivismo de las mineras y petroleras se consolidó, la militarización, el procesamiento y la represión comenzaron a instalarse en esos años comandada por el entonces ministro Berni. Las mujeres no olvidamos que en el XXX ENM desarrollado en Mar del Plata, se nos reprimió con gases lacrimógenos y la policía bonaerense (al mando del entonces gobernador y candidato a la presidencia Daniel Scioli) detuvo compañeras.
Las mujeres que trabajamos bajo patrón estatal o privado, también sufrimos estas opresiones. Incluso dentro de las organizaciones gremiales, como mujeres y por las dobles o triples jornadas, se nos limita el acceso a cargos de dirección y representación política de los sindicatos. Basta con ver cómo el gremio docente, una actividad laboral compuesta mayoritariamente por mujeres, tiene en sus dirigencias y conducciones más varones que mujeres que fortalecen y reproducen las relaciones patriarcales.
La necesidad de tener igual ingreso que los varones por igual tarea y contar con jardines materno parentales e ingresos que garanticen la verdadera autonomía de las mujeres, siguen siendo banderas de lucha que levantamos una vez más este 8 de marzo.
No podemos dejar de denunciar los femicidios que siguen cobrando cientos de vidas de mujeres jóvenes, sobre quienes aún se levanta un manto de sospecha machista por la ropa que usaban o por ejercer el derecho a la diversión
Del mismo modo queremos alertar sobre las violencias que sufren en sus cuerpos las compañeras travestis, trans, lesbianas y bisexuales que no responden a los mandatos heteropatriarcales. Tampoco nos callamos frente al avance de las redes de trata y del narcotráfico organizado que cuenta con la complicidad de la justicia, el poder político y la policía y que hace de mujeres y niñas, travestis y trans las primeras víctimas. La violencia hacia las mujeres y la lesbotransbifobia siguen a la orden del día y los pequeños pasos conseguidos como el cupo trans en provincia de Buenos Aires, una medida que apunta a brindar posibilidades de existencia digna para lxs trans, corre peligro de ser eliminado con este gobierno conservador de Macri y Vidal.
La precarización de la vida de los sectores populares y especialmente de las mujeres, sigue siendo una deuda de la democracia. Doce años de gobierno kirchnerista no eliminaron la precarización de las condiciones de contratación de lxs trabajadorxs ni efectivizaron la vivienda digna, el acceso al agua potable, salud y educación para las mujeres. La legalización del aborto fue frenada por presiones del gobierno de CFK que en acuerdo con la Iglesia impidieron su tratamiento y debate en el recinto como corresponde. El aborto es un derecho que, por no estar legislado, nos obliga a las mujeres a seguir recurriendo a la peligrosa clandestinidad, debido a que nosotras seguimos abortando.
Seguimos levantando las banderas de un feminismo popular, anticolonial y anticapitalista como ideología liberadora y defensora de cuerpos y territorios de nuestro continente, saqueados y destruidos por la voracidad del capitalismo transnacional. A tal punto que este 8 de marzo nuestra compañera hondureña, Berta Cáceres, no está físicamente con nosotrxs al ser asesinada por defender la tierra, las comunidades originarias y la necesaria eliminación del capitalismo como única salvaguarda de la verdadera liberación de los pueblos. Exigimos se esclarezca el asesinato de Berta Cáceres, lideresa hondureña del COPINH del pueblo lenca de ese territorio.
Este 8 de marzo estará con nosotras la querida y recordada Lohana Berkins, mujer trans abolicionista, “negra y pobre”, luchadora por ampliación de derechos LGTTTBIQP, y Diana Sacayan, militante y víctima de travesticidio.
SEGUIMOS GRITANDO:
-IGUAL SALARIO POR IGUAL TRABAJO.
-ESPACIOS DE CUIDADO MATERNO-PATERNALES EN LOS LUGARES DE TRABAJO.
-Aumentos de los montos de salarios y planes sociales y paritarias libres sin piso y sin techo.
-BASTA DE VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES Y LESBOTRANSBIFOBIA.
-No al protocolo de protesta, basta de criminalización de la protesta social y desprocesamiento de las más de 5000 luchadorxs procesadxs.
-ABORTO LEGAL SEGURO Y GRATUITO. Las mujeres decidimos, la sociedad respeta, el Estado garantiza y las iglesias no se meten. SEPARACIÓN DE LA IGLESIA DEL ESTADO
SEGUIREMOS LUCHANDO HASTA QUE TODAS SEAMOS LIBRES
SIN FEMINISMO NO HAY SOCIALISMO
FRENTE POPULAR DARIO SANTILLAN
FRENTE POPULAR DARIO SANTILLAN-CN
MULCS (MOVIMIENTO POR LA UNIDAD LATINOAMERICANA Y EL CAMBIO SOCIAL)
DEMOCRACIA SOCIALISTA
CORRIENTE SURCOS
EL EMERGENTE
EL AVISPERO – BARTOLINA SISA
CORRIENTE POPULAR JUANA AZURDUY