Este 8 de marzo se conmemora una vez más una fecha que fue icónica en la lucha de las mujeres de la clase trabajadora durante el siglo XX: huelgas textiles por la jornada laboral y aumento salarial, movilizaciones masivas de trabajadoras planchadoras y el incendio de la Fábrica Cotton donde más de 100 mujeres murieron incineradas a manos de la policía. La fecha ha estado cargada de una memoria colectiva que resuena aún hoy y que toma vida con los reclamos históricos de nuestro tiempo.
Luego del Ni Una Menos en 2015 y de la internacionalización del paro de mujeres por el femicidio de Lucía Perez en 2016, nada ha sido igual. Seguimos sufriendo la violencia patriarcal, pero hay una sociedad que, cada vez con mayor dificultad, no puede mirar hacia un costado.
¿Qué pasó con la marea verde en Argentina?
En estos primeros días de marzo nos estremecimos con la violación grupal de Palermo y con el ataque homo odiante en el carnaval de Lunes de Caramelo. En ambas situaciones también nos encontramos con que fueron vecinas, personas que pasaban por la calle, las que se detuvieron y cortaron con el silencio cómplice, protegieron y cuidaron a la persona de al lado.
Hay en estos gestos una transformación irreversible: ya no es el grueso de la población la que mira para el costado. La lucha del colectivo feminista de mujeres y disidentes logró conmover a una gran parte de la sociedad, despertar los sentimientos de humanidad y solidaridad que el individualismo y el capitalismo opacan, y legitimar el poner el cuerpo y la acción directa como modo de pausar la violencia.
A pesar de ello, es poco lo que esta transformación puede hacer si la política pública no acompaña y si las respuestas que se dan a nivel institucional a la violencia persisten ancladas en modelos de mujeres y familia nucleares tradicionales y hegemónicos.
Luego de la asunción de Alberto Fernández en Argentina se creó el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, institución que tiene su primer antecedente en Latinoamérica en 2009 en el Perú y que se ha extendido a nivel internacional como impulso de la ONU y otros organismos internacionales para regular las situaciones de violencia de género al interior de los países.
Cuando Argentina anunció su creación, anunció también a Eli Gómez Alcorta como persona que estaría a cargo del mismo. Desde entonces un grueso de compañeras del arco popular se ha incorporado a las filas del Ministerio, a su línea telefónica y a sus espacios de gestión e implementación.
A pesar de ello, el efecto institucionalizador que ha tenido el Ministerio sobre el movimiento feminista no ha sido acompañado por una transformación en las situaciones de violencia que se viven en nuestro país y en las herramientas disponibles para hacer frente.
Con un femicidio cada 30hs, más de 60 mujeres han sido asesinadas por violencia machista en nuestro país, y más de 74 han desaparecido en lo que va de 2022. Esto sin contar el subregistro que hay en casos de transtravesticidios y desapariciones de personas de la comunidad lgtbi+.
En este marco el Ministerio ha tenido como política casi exclusiva la creación del programa “Acompañar” y la inscripción a “Potenciar Trabajo” de las mujeres en situaciones de violencia.
Ambos programas cuentan con un formulario de inscripción que pide pormenores de la situación de violencia transitada, explicita que si se tiene hijos a cargo habrá prioridad para la selección y ha tenido como principal traba de implementación la escasez de recursos, por lo cual cada cierta cantidad de meses se cierran las altas a los programas por tiempo indeterminado, sin avisos oficiales de reapertura que se dan repentinamente.
Siendo tan importante la respuesta económica para poner fin material a la dependencia que ata a muchas mujeres a vínculos violentos que ponen en peligro su salud integral, desde su creación estos programas han sido una herramienta fundamental para pensar la actuación de los equipos en situaciones de violencia, y también un faltante y una traba clara cuando los problemas de su implementación salen a la luz.
Es importante señalar, especialmente con los ocurrido en la última semana, que no se ha puesto en cuestión aún cómo trabajar sobre las masculinidades a nivel social ni territorial, y que los pocos equipos que han desarrollado estas actividades han contado más con el principio de la voluntad de sus trabajadores que con la tarea asignada en el marco de un programa planificado y sostenido por el ministerio responsable de consolidar una política pública con tal fin.
Siendo el movimiento feminista que tuvo su auge con el Ni Una Menos y coronó su presencia en la agenda pública con el debate de Aborto Legal Seguro y Gratuito el que conquistó la conformación del ministerio, mucho queda por resolver respecto de los diálogos que el movimiento tiene hoy con este espacio.
Sobre las situaciones de abortos en Argentina, es importante resaltar lo que las propias compañeras de la red de profesionales por el derecho a decidir vienen reclamando desde la aprobación de la ley: casi no se han abierto nuevas consejerías en provincia de Buenos Aires, siendo casi la misma cantidad que atendía Ile la que hoy debe dar respuestas a la Ive, sin incorporar además nueves profesionales o más personal a los equipos de salud destinados a garantizar la práctica.
La faltante de métodos anticonceptivos en centros de salud para evitar la vuelta a consejería en situación de interrupción de embarazo, junto con la falta de implementación de la ESI son hoy parte de las grandes trabas para terminar de conquistar el lema histórico de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.
La agenda disidente en nuestro país
¿Qué luchas se vienen?
El 7 de marzo es el día de la visibilidad lésbica en memoria de Pepa Gaitán, asesinada en 2010 por torta en un crimen de odio llevado a cabo por el padrastro de su novia a los 27 años.
Pepa era de Córdoba, laburante y referente territorial de un comedor comunitario en el barrio Parque Liceo, donde se dictaban también clases para la terminalidad educativa de lxs adultxs del barrio y se daban talleres recreativos para las niñeces. A pesar de la importancia que tenía su militancia, la hermana de Pepa recuerda que siempre la frenaba la policía pidiendole el DNI y hostigandola por ser mujer, lesbiana, chonga y negra.
Seis años después del crimen de odio a Pepa, Higui, lesbiana de la localidad bonaerense de San Miguel fue golpeada brutalmente por un grupo de diez hombres que intentaron violarla como castigo por lesbiana y chonga. Como antecedente en le habían quemado su casa exigiéndole abiertamente que se vaya del barrio. El día que la atacaron, 16 de octubre de 2016, Higui decidió defenderse para no permitir que la violación se consume y uno de sus atacantes murió. Por este hecho ella estuvo presa ocho meses, y el resto de sus atacantes permanecieron en libertad.
Si bien fue liberada luego de la lucha callejera de organizaciones sociales y sectores disidentes del hetero patriarcado, recien este 15 de marzo se dará inicio a su juicio en el cual exigimos su absolución. Desde el colectivo organizado por la Absolución para Higui se refuerza la necesidad de reforzar la lucha en la calle, se convoca a ingresar a las audiencias denunciando el machismo racismo y clasismo del Poder Judicial y a seguir haciendo presente que todxs nos defenderíamos como Higui.
Por el lado de las disidencias también este 11 de marzo se cumple un año de la desaparición de Tehuel de la Torre, varón trans de 22 años que salió de su casa en San Vicente rumbo a Alejandro Korn en búsqueda de trabajo. 8 meses luego de su desaparición y de una escueta búsqueda sin presupuesto, la Justicia cambió la carátula de “búsqueda de paradero” a “homicidio agravado en contexto de género” al encontrar gotas de sangre de Tehuel en el domicilio del hoy único imputado, Luis Alberto Ramos.
Denunciamos el abandono de su búsqueda sin pruebas contundentes para la presunción de su muerte, y la poca diligencia con la cual opera el Estado y sus aparatos cuando se trata de vidas trans de la clase laburante.
En este marco, el 1 de marzo se presentó por cuarta vez el proyecto de Ley de Respuesta Integral al VIH, TBC, Sífilis, Hepatitis virales e its. Este proyecto de ley, producto de la acción organizada de colectivos disidentes y grupos de pares da cuenta de una problemática de salud que desde los noventa tiene su asiento en las condiciones de precariedad y, centralmente, la estigmatización producto de la moral hegemónica cristiana, el sexismo, el racismo, y el mandato de silencio que rige sobre la esfera de la sexualidad. La respuesta que se tiene hoy para estas problemáticas, principalmente para la de VIH, es más consecuente a las necesidades de los laboratorios multinacionales que a las de los colectivos afectados, quienes se organizan en pos de la prevención, producción nacional de medicamentos y estudios efectivos que avancen con la cura. Junto con estos colectivos, exigimos tratamiento inmediato y aprobación de esta ley.
Rumbo al Paro Internacional
En el marco de la situación nacional anteriormente descrita, es importante reforzar el paro como medida de fuerza impulsada por las trabajadoras en tanto acción de solidaridad internacional, en un contexto geopolítico cambiante que cada vez más profundiza las desigualdades y recarga tareas sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas.
Inundaciones, incendios, cambio climático, extinción de especies y una pandemia sin precedentes históricos marca una época signada por los efectos del patriarcado capitalista y colonial en todo el globo. Aún así, las fuerzas imperialistas no temen en avanzar con la depredación de la naturaleza y suman a la explotación de los recursos naturales las guerras de ocupación en medio oriente y previo al inicio del corriente mes la guerra interimperialista en Ucrania. La misma se resolverá con alguna potencia como victoriosa, pero tendrá como principales damnificadas a las mujeres, disidencias y niñeces. Con un fuerte contenido racista, se han visto en los medios la selección de las fuerzas de seguridad de familias blancas por sobre las afrodescendientes para evacuar las zonas bombardeadas a la par de muchos periodistas que naturalizan los conflictos en medio oriente con connotaciones racistas y clasistas.
La agenda transfeminista internacional no puede obviar que siguen estando primeras las mujeres en las cifras de población desplazada por las guerras y conflictos armados, siendo a su vez las que cargan con el cuidado de niñes desnutrides y con problemas de salud. Es por esto que nos solidarizamos con las mujeres y disidentes de todos los pueblos del mundo y denunciamos los intereses detrás de la guerra.
Es la agenda de los feminismos transfronterizos la que a su vez nos señala los efectos que ha tenido la deuda machista y colonial de los organismos internacionales de crédito sobre los pueblos del Tercer Mundo.
A días de que se debata en el Congreso de nuestro país el acuerdo para el pago de la deuda ilegítima con el FMI, desde los feminismos denunciamos que la deuda es feminización de la pobreza, refuerzo en las tareas de cuidado sobre las identidades feminizadas, es desempleo y falta de vivienda. Es violencia machista y colonial que no puede ser legitimada en detrimento de las condiciones de vida de la mayoría de la población. A este negocio de la burguesía que pretende encerrarnos en la precariedad y la sumisión le decimos que, en las calles, le opondremos resistencia.
Este 8M:
Ni una menos, vivas nos queremos
La deuda es con nosotras
Niñas no madres
Plena implementación de la ESI
Implementación del cupo laboral travesti – trans
¡Aparición con Vida de Tehuel. Reabran la causa!
Absolución para Higui
Anticonceptivos y plena implementación de la Ive
Por ley de respuesta integral al vih.
¡Queremos la cura!
Por un feminismo popular, anticapitalista, antirracista y por el socialismo.