La enorme cantidad de despidos en el sector público y privado, el tarifazo en ciernes en los servicios públicos, la quita de retenciones a las entidades agrarias y a las mineras, el inminente pago a los fondos buitres para encaminarse hacia el mayor endeudamiento en décadas, son muestras de ello. Estas medidas se complementan con una preocupante intensificación de la política represiva, que comenzó con el encarcelamiento sin causa a MILAGRO SALA, en un intento de disciplinar y amedrentar a la militancia social y política frente al plan de ajuste, y a ello hay que agregarle el anunciado “protocolo anti-piquetes” que pretende cercenar el derecho a protesta de las clases populares y los movimientos sociales. Para ellos está claro, el ajuste no pasa sin represión.
A esta situación, cabe adicionar los reiterados impulsos por parte de los principales voceros del gobierno en pos del freno de los juicios en curso y liberación de los genocidas. “La Nación”, prensa de la derecha argentina, en el día posterior al triunfo de Macri, presentó una editorial titulada “No más venganza” en esta misma dirección. El 7 de Marzo, a días del nuevo aniversario, una nueva nota en pos de “la concordia” vuelve a aparecer en sus páginas. Con ellas, son reiterados los anuncios en pos de reescribir la historia de nuestro pueblo y volver a instalar la devaluada “teoría de los dos demonios” impidiendo la reapropiación cabal de nuestro pasado.
Como si esto fuera poco, el mismo 24 de marzo visita al país Barack Obama, presidente del Estado que financió y promovió el golpe militar así como la política económica regresiva que le sucedió. Esta situación política demanda que nuestro pueblo protagonice una gran gesta antiimperialista unitaria en defensa de sus derechos humanos, sociales y democráticos.
Este año también se cumple el 20 aniversario del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, que es el espacio democrático y plural desde el que se convoca desde hace dos décadas a esta movilización. Lamentablemente, a lo largo del período kirchnerista, y fruto de diferencias políticas, la marcha se dividió en dos, entre quienes priorizaban defender al Gobierno, los juicios vigentes y las conquistas parciales obtenidas en materia de Derechos Humanos, y quienes considerábamos necesario defender las conquistas pero también señalar las violaciones actuales a los Derechos Humanos, las continuidades en el aparato represivo, las limitaciones de la política oficial de DDHH y las medidas regresivas adoptadas por el Gobierno.
Sin embargo, el cambio en la situación política antes señalado vuelve necesario construir un masivo bloque popular que luche por la continuidad de los juicios y contra el giro represivo del actual gobierno y su política uniformemente anti-popular. De hecho el pliego de reivindicaciones del EMVyJ hace eje en estas cuestiones y podría servir de base para discutir una movilización unitaria contra el gobierno de Macri.
Debemos apostar, a su vez, a que esta nueva situación política nos permita marcar la necesidad de que el movimiento popular denuncie toda violación a los Derechos Humanos de ayer y de hoy, para evitar retrocesos. En este sentido, debemos construir una movilización que reclame por la continuidad y el desarrollo de nuevos juicios para encarcelar a todxs lxs responsables militares y civiles de la última Dictadura militar, que denuncie la participación del gobierno de Estados Unidos en las dictaduras en Argentina y América Latina, contra cualquier intento de reconciliación y reedición de la teoría de los dos demonios, por la apertura de los archivos de la Dictadura, contra el ajuste, los despidos y la represión que los permiten, por el desprocesamiento de lxs luchadorxs populares, por la libertad de Milagro Sala, por la derogación de la Ley Antiterrorista y el Protocolo Anti-Piquetes, contra la infiltración y el espionaje en organizaciones populares, por el esclarecimiento de la segunda desaparición de Jorge Julio López y el asesinato de Silvia Suppo, por justicia por el asesinato de Luciano Arruga y todos los casos de gatillo fácil y violencia institucional y contra el pago a los fondos buitres y de la deuda externa ilegítima y usuraria.
Es necesario empujar una movilización de alcance histórico que levante estas consignas, que reúna al movimiento popular, que le ponga un límite al gobierno reaccionario, y que sirva para que las clases populares recuperen confianza en sus propias fuerzas de cara al ciclo de luchas contra la nueva derecha que se avecina.
Democracia Socialista
Corriente Surcos
La Emergente
El Avispero/Bartolina Sisa
Izquierda Latinoamericana – Independiente y Socialista