Vamos hacia una nueva experiencia política emancipatoria
Modelos contrapuestos
Resulta evidente que el Gobierno Nacional encabeza una política de agresión sistemática a los sectores populares, en base al guión neoliberal de “baja de los costos” y aumento de la competitividad, que coloca a la clase trabajadora y a los sectores populares en una situación defensiva. También es evidente que las clases populares han mostrado una notable capacidad de resistencia y movilización, como se vio principalmente durante el mes de marzo con enormes movilizaciones contra los ajustes en educación, los atentados a la memoria, verdad y justicia que implican la sentencia del 2×1 y el intento de reinstalación de la teoría de los dos demonios, el aumento de la violencia machista, etc. Pero la lucha contra el ajuste y el neoliberalismo no se agota en el combate social. Se torna necesario no sólo resistir la ofensiva macrista sino también organizar una alternativa política capaz de intervenir en la coyuntura y presentarse como proyecto de poder para y de los sectores populares.
Por su parte, hace más de una década que el macrismo gobierna en la Ciudad de Buenos Aires. Allí, ha aplicado una política sistemática de ajuste, especulación, tarifazos, recortes y subejecución de presupuesto, a la par que incrementa la emisión de deuda pública -en dólares- en proporciones extraordinarias. Como consecuencia, se ha dado forma a una Ciudad cada vez más desigual y excluyente.
Pese a ello, la gestión PRO no encontró grandes trabas para implementar estas medidas, aún gobernando con minoría parlamentaria. Para peor, su principal opositor Martín Lousteau, ha hecho las veces de funcionario del oficialismo, tornando las elecciones porteñas en una verdadera interna del gobierno de Cambiemos. Los sectores que debieran comportarse como una oposición consecuente, son quienes terminaron funcionando como verdaderos colaboradores de las políticas de ajuste y hambre. De este modo, en la Ciudad, viene existiendo un consenso legislativo que permitió al macrismo aprobar enormes paquetes de leyes que terminaron por rematar de lleno la Ciudad. En el Congreso Nacional, el pago a los buitres con el acuerdo de los bloques y el canje de votos, expresó el alcance a gran escala de esta política tributaria de los acuerdos por arriba.
Construir la izquierda popular como alternativa política
Ante este escenario, el nuevo gobierno derechista presiona a muchos sectores hacia una política de “todos contra Macri”, que evoca infelizmente el “todos contra Menem” que concluyó en la desastrosa experiencia de la Alianza (Frente del Sur/Frente Grande/Frepaso/Alianza).
El FIT, por su parte, con su “auto-limitación sectaria” y su hostilidad hacia el resto de la izquierda, su cultura política auto-referencial y su dinámica obtusa y faccional permanente, ha mostrado hasta el hartazgo no ser capaz de ponerse al servicio de la construcción de una nueva fuerza política de masas.
Ante esto, creemos que es posible construir algo distinto. Nuestra ciudad es rica en militancia política, social y cultural. Existen reservas sociales y organizativas para dar lugar a una nueva experiencia política que sea el punto de inicio, no de llegada, de la construcción de una alternativa política emancipatoria de alcance nacional.
Nosotros y nosotras apostamos a poner en pie algo diferente. Una fuerza militante, de lucha, que afronte la “cuestión político-electoral” sin sectarismos, pero tampoco adaptándose a las estructuras partidarias tradicionales. El acumulado político-organizativo de buena parte de la izquierda (en el terreno social, sindical, estudiantil, territorial) podría servir de apoyo para una nueva experiencia política. Organizaciones como Patria Grande, el Movimiento Popular la Dignidad, Seamos Libres y aquellas nucleadas en Pueblo en Marcha (Frente Popular Darío Santillán, FPDS CN, Corriente Surcos en la ciudad de La Plata, entre otras); sectores que provengan de la experiencia kirchnerista que estén dispuestos a construir un proyecto político superador; movimientos sociales, de DDHH, feministas, culturales, estudiantiles y dirigentes sindicales combativos, podrían vertebrar un proyecto de estas características. Si bien no hay “modelos” ideales, el Frente Ciudad Futura de Rosario, el Frente Social y Popular en la provincia de Santa Fe, la experiencia del Frente Ciudad Nueva en el año 2013 en La Plata y el reciente armado de “Vamos” en la Provincia de Buenos Aires nos permiten pensar que es posible construir experiencias que irrumpan con fuerza en la situación política por fuera de las estructuras tradicionales del PJ y el radicalismo. Para ello es necesaria la más férrea vocación de unidad, necesaria para poder generar una herramienta electoral de la izquierda popular amplia, democrática, no sectaria y dispuesta a dialogar con todas las expresiones de los sectores populares.
Apostamos a la construcción de una nueva fuerza social y política, capaz de aunar esfuerzos con otros sectores y continentes políticos del campo popular, y que se afirme en la idea de que “aquí no se rinde nadie” en la construcción de una sociedad nueva, ecologista, socialista y feminista. Ese será el auténtico ejercicio de unidad política que nos podrá ofrecer una alternativa capaz de enfrentar a la hegemonía del macrismo.
Convocamos a la militancia y las organizaciones del campo popular a trabajar en esta perspectiva.
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