Demostrando el error de sus críticos, Syriza no ha desmovilizado a los movimientos sociales, los hace crecer.
Por: David Renton*
Publicado originalmente en la revista Jacobin.

Traducción Ernesto Bulnes para Democracia Socialista.

Para aquellos que, hasta recientemente, han simpatizado con Antarsya, la “otra” coalición de la izquierda radical en Grecia, es saludable reflexionar sobre lo bien que a Syriza le ha ido en el último mes, y lo mal que le fue a Antarsya en comparación.
La justificación de la existencia separada de Antarsya es algo como esto: Antarsya, a diferencia de Syriza es una coalición de partidos que creen que Grecia solo puede ser salvada por una transformación revolucionaria del Estado. Syriza diferencia Antarsya, se equivoca en este tema, tanto como sobre si Grecia debe permanecer en Europa o si debe acceder a pagar la deuda a sus acreedores internacionales.
Aquellos que votan por Antarsya votan por una alternativa revolucionaria al capitalismo y, al hacerlo, mantienen viva la posibilidad de una verdadera política revolucionaria. Syriza, en contrario, es meramente reformista, y probablemente llegará a desgastarse tanto como el Pasok y los otros partidos socialdemócratas.
El voto a Antarsya se redujo a solo el 0,6% en la última elección, dado que esta se convirtió en un referéndum sobre la posibilidad, o no, de un gobierno de izquierda (cosa a la que los trabajadores mas politizados aspiran) pero mediante su posición, Antarsya permaneció ejerciendo presión de izquierda sobre Syriza.
Mantenerse fuera de Syriza tiene todos los beneficios de ser asociado a un movimiento en alza (las ventas del periódico “Solidaridad de los trabajadores” de unos de los miembros de Antarsya, aparentemente han sido mas altas que nunca) pero ninguna de las desventajas de ser asociados con la derrota de Syriza, cuando venga la decepción, inevitablemente.
Donde esta justificación de Antarsya comienza a fallar es con la asunción de que la mejor alternativa a un programa de reformas es ofrecer un programa rival de reformas mas profundas aún. En este marco, los revolucionarios son diferentes de los reformistas, principalmente porque piden mas. Si Syriza ofreció la nacionalidad griega a los hijos de todos los inmigrantes, Antarsya, como un jugador de póquer, sube la apuesta y ofrece legalizar a todos los inmigrantes en Grecia. Cuando Syriza declaro que va a detener todas las privatizaciones planeadas, Antarsya respondió diciendo que revertirá cada una de las privatizaciones en la historia griega.
Pero usar elecciones para generar conciencia revolucionaria no se trata de subirle la apuesta al rival. Implica una explicación de como, un gobierno en el marco del capitalismo, tiene únicamente un poder limitado y como esas limitaciones pueden ser superadas: Solamente a través del conflicto directo con la clase capitalista internacional.
En este punto Syriza aparece con una política mas sofisticada que Antarsya, porque posee un análisis de sus propios límites como gobierno reformista (los poderes europeos no permitirán mas que una pequeña quita a nuestra deuda) y una idea de como ir mas allá de ese límite (sobre la base de de la agitación fuera del parlamento, manteniendo la presión sobre el gobierno y con el apoyo de la izquierda fuera de Grecia).
Coherentemente con su política estratégica para manejar la cuestión Syriza, los mas articulados partidarios de Antarsya están tomando cada ejemplo de la “traición de Syriza”, y contraponiendo a ellos, las potenciales virtudes de la protesta. Las condiciones de posibilidad de un gobierno de izquierda en Grecia son atribuidas, únicamente a la actuación de los movimientos sociales. La razón por la cual los griegos tienen a Syriza sería entonces, el hecho de que llevaron a cabo treinta y dos huelgas generales, mientras los británicos carecen de una alternativa de masas al partido Laborista, porque solo cuentan con la batalla por las pensiones en el sector público.
Pero, ¿Desde dónde se supone que provendrá un movimiento de masas capaz de alzarse de un modo directo y continuo, convirtiéndose en lo suficientemente poderoso como para derrotar al estado? La deficiencia de Syriza sería que, como otros gobiernos reformistas, continuamente conspira para desmovilizar a los movimientos de masas, diciéndoles a los trabajadores que voten cuando deberían estar protestando.
Sin embargo todos los que observamos a Grecia podemos ver claramente (admitiendo que se encuentra en sus primeras dos semanas y, hasta ahora, durante el período de “luna de miel”) que Syriza no ha estado desmovilizando a los movimientos sino, al contrario, abriendo nuevas posibilidades para que emerjan, quitando las barreras de fuera del parlamento, con las manifestaciones en apoyo a la demanda de renegociación de la deuda y la propaganda ejercida al enviar ministros a toda Europa.
Es la versión parlamentaria del representante sindical que siempre quisimos tener, el que verdaderamente disfruta de la pelea con los jefes y no retrocede ante el primer signo de problemas. Y la gente responde al que presenta pelea, hasta ahora el gobierno de Syriza le está aumentando la confianza a los movimientos sociales.
Sujeta a su ley de hierro, la clase capitalista global no ha renunciado a la hegemonía en presencia de una amenaza localizada y no lo va a hacer. Por lo tanto las mayores batallas se encuentran adelante en el tiempo.
Los partidarios internacionales de Antarsya se equivocan y los que aprecian a Syriza están en lo cierto al desafiar la noción de los primeros que predice: Syriza responderá al poder real moderándose cada vez mas.
Una última asunción fundamental de los partidarios de Antarsya es que la clase obrera en Grecia tiene un conjunto infinito de oportunidades y que puede prescindir de la presente. No importara demasiado, ya que en otro escenario, en el futuro, otro partido indefectiblemente surgirá de la izquierda, encarnado en otras personas de diferentes tradiciones, y por lo tanto, mejor preparado para llevar adelante la previamente inexistente, guerra contra el estado.
Si Syriza fracasa, no se volverá a la normalidad política. La policía y Amanecer Dorado estarán de festejo, y su venganza sobre los movimientos no será mas tolerante que la contrarrevolución ahora en marcha en Egipto.
Este es un resultado que ningún socialista debe suponer aceptable.
 

*Abogado, Historiador y activista inglés.