Por Mario Hernández. Extraido de Marcha.org.ar Miembro de Economistas de Izquierda (EDI), Eduardo Lucita desmenuza las perspectivas respecto de las posibilidades electorales de la izquierda en un panorama que se muestra claramente volcado hacia la derecha. 
En un artículo señalás que no ha habido grandes cambios o movimientos en lo económico y en lo social en el fin de año argentino, pero ¿qué pasa en lo electoral?
No hubo grandes conmociones, porque durante los meses de noviembre y diciembre se decía que iba a haber una crisis cambiaria muy fuerte y estallidos sociales, por el impuesto a las ganancias y por montones de razones. No se produjo nada de eso.
En el plano económico el gobierno tomó una serie de medidas combinadas que conjuraron cualquier posibilidad de corrida frente al dólar, consiguió los acuerdos con China, el dinero del 4G, venció la resistencia de los sojeros que finalmente hicieron una liquidación casi récord de divisas, y con eso hizo una masa crítica que resolvió la caída de reservas. Por el lado del famoso estallido social, no sé si fueron medidas preventivas que tomó el gobierno nacional y los gobiernos locales, o tal vez porque la situación social no era tan dramática como se pensaba, la cuestión es que no pasó nada de lo que se anunciaba.
Ahora, todo esto es relativo, es una estabilidad muy inestable, porque desde el punto de vista económico, no hay ningún cambio estructural, por lo tanto, los desequilibrios de la economía argentina siguen estando ahí y en algún momento se van a manifestar. Desde el punto de vista social habría que ver qué está pasando en las  profundidades del movimiento, qué se está procesando y en qué momento esas contradicciones van a salir a la luz.
Es una suerte de calma chicha, ahora, en ese marco lo que hubo en los últimos días del año y en los primeros del nuevo fue una híper actividad en lo que tiene que ver con las elecciones. Ya se lanzó la cuenta regresiva al próximo octubre en todos los planos, incluso hasta en el interior de la izquierda, porque hasta donde yo me he informado, hay muchas conversaciones y negociaciones para fortalecerse en ciertas alianzas o acuerdos electorales, más allá de lo que ya había sucedido en las últimas elecciones.
-¿Qué opinás sobre la definición que ha tomado Carlos -El Perro- Santillán, el dirigente de los trabajadores municipales de Jujuy, uno de los referentes sociales más importantes de nuestro país, en torno al apoyo al Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT)?
Circuló una versión de que iba a ser candidato a diputado por Jujuy, ahora parece que no, pero algún compañero de su movimiento seguramente se va a proponer para integrar la lista del FIT. Es una cuestión importante en general y también en Jujuy porque es muy fuerte allí el Partido de los Trabajadores por el Socialismo (PTS), que tiene un 12/14% de intención de voto.
Es importante, más allá de la figura de “El Perro”, porque el PTS es uno de los partidos más restrictivo en cuanto a las alianzas, exige un mayor nivel de definiciones, entonces, la importancia de que esto se plantee en Jujuy, pero además se retroalimenta con Salta, porque allí está la posibilidad de que el FIT gane las elecciones a la Intendencia; entonces Salta y Jujuy pueden influenciar en todo el Noroeste.
Además en Capital y en otros lugares, muchos de los movimientos sociopolítico culturales, muchos de los que se denominan de izquierda independiente o nueva izquierda, están en negociaciones con el FIT también. Me parece muy importante todo esto porque siempre he sido partidario de que organizaciones como el FIT, de una izquierda clasista muy radical, son insuficientes para dar respuesta a las necesidades que la crisis en el país impone. Entonces, esos frentes electorales deben ampliarse. Creo que está la posibilidad de duplicar la bancada electoral, partiendo de que el FIT en las últimas elecciones ha logrado que la izquierda argentina tenga identidad nacional. Porque no fueron tan importantes los votos que sacó en la Ciudad o Provincia de Buenos Aires, como los del interior, en Salta, Jujuy, Mendoza, Córdoba, Neuquén, Santa Cruz; son elecciones sorprendentes que indican que algo está pasando.
Por supuesto que las elecciones presidenciales siempre son más complicadas que las demás, pero de todas maneras me parece que hay un espacio importante para la izquierda. Históricamente, desde que el peronismo es lo que es, desde los años 50 hasta hoy, una dirección burocrática y una base obrera y popular, siempre hubo elementos contestatarios que cuestionaban el orden establecido, a sus dirigentes, e incluso sectores que se planteaban en una perspectiva de lucha contra el capital.
-O que incluso iban a elecciones por fuera de la estructura oficial…
Muchas veces, como fue el caso del Peronismo de Base (PB), fueron por fuera de las estructuras tradicionales del peronismo. Eso hoy no se ve, no aparece ningún sector contestatario, todos están subordinados a la dirección burguesa y burocrática. Entonces, ese espacio enorme que dejan, la izquierda, por gravitación, más allá de su política, está ocupando esos espacios. Fijate que en todos esos grandes conflictos obreros que hubo en Zona Norte estaban la patronal y la burocracia del mismo lado y del otro lado la izquierda; mientras que en otras épocas siempre había un sector peronista que le disputaba a la izquierda y que hoy no está.
El 2015 es un año sumamente importante por ese espacio que se abre para la izquierda y que no creo que vaya a ser para siempre, creo que hay momentos y momentos. La otra cuestión además, es que todo el resto del espectro político nacional vira a la derecha.
-¿Cuál es tu mirada sobre las gestiones de los dirigentes electos de la izquierda, como Ramal o Nicolás Del Caño, entre otros?
En mi opinión, en el caso de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, tanto Vilma Ripoll, como ahora Alejandro Bodart y Marcelo Ramal, han superado esa instancia de la izquierda denunciadora simplemente, plantean propuestas y la gente lo está viendo.
Creo que es un proceso de maduración de la Izquierda en este país. En la medida en que ha dejado de ser meramente simbólica, porque izquierda hubo siempre pero esta es la primera vez que tiene una representación institucional tan grande. Tres diputados nacionales, senadores y diputados provinciales, legisladores, fíjate que el FIT en Mendoza es la tercera fuerza.
En la medida en que se tiene mayor influencia social, la Izquierda siente más responsabilidades, entonces la etapa adolescente pasa y llega una Izquierda más pensante, más de propuestas, obviamente de denuncia y de lucha, porque nadie puede negar que la izquierda argentina en cualquiera de sus expresiones tiene una gran tradición de lucha.
Viraje hacia la derecha
Hay un viraje general hacia la derecha, hacia el conservadurismo, que se expresa en las tres candidaturas fuertes que pueden llegar a ganar las elecciones, porque la izquierda tiene la posibilidad de duplicar sus bancas, pero no mucho más.
Scioli, Massa y Macri son distintas expresiones de la derecha, una derecha más clásica, más empresarial, del tipo de Piñera en Chile, una derecha más populista y que abreva en ciertas condiciones del kirchnerismo original que es la de Massa, y la que es una especie de social liberalismo mezclado con cuestiones populistas que expresa Scioli. Hay que ver cómo se resuelve esto, porque parece que la figura de Massa está decreciendo y está en ascenso la de Macri.
-¿Qué cambia con la incorporación de Francisco De Narváez al Frente Renovador?
Hace poco en una entrevista que le hicieron a Scioli dijo: “Massa no tiene plata para la campaña”. De Narváez tiene mucha plata, aporta financiamiento para la campaña. En un momento tuvo una buena cantidad de votos en la Provincia de Buenos Aires, pero no sé qué puede pasar ahora. Lo que es importante son las indeterminaciones del kirchnerismo, porque pareciera que no tiene más remedio que taparse la nariz y apoyar a Scioli porque ninguno de los otros candidatos miden mejor.
Al mismo tiempo, se dice que el kirchnerismo tendría de un 30 a 35% de intención de votos, de ese porcentaje se supone que entre un 12/15% son votos propios de Scioli, sacando eso, del resto, ¿cuánto es del kirchnerismo puro? Por eso es que están atados a Scioli. Si no lo apoyan, no sería de extrañar que se vaya con Massa y hagan una alianza, con lo cual reunificarían el Justicialismo, que es lo que quieren todos los intendentes. Los intendentes no quieren un justicialismo fracturado, el kirchnerismo tiene mucha potencialidad todavía pero está en una encerrona.