Declaración de Pueblo en Marcha

(FPDS – Democracia Socialista – El Avispero – Corriente Surcos – La Emergente – MULCS Buenos Aires)

El próximo 22 de noviembre habrá, por primera vez, un balotaje para elegir presidente en nuestro país entre dos candidatos que han dado muestras en sus gestiones de que no gobiernan en favor de los intereses del conjunto de nuestro pueblo.

Como parte de la izquierda surgida al calor de las luchas contra el neoliberalismo en el continente, vemos con preocupación que la elección sea entre dos candidatos que expresan una ofensiva conservadora en la región, que han demostrado con la elección de sus ministros, sus propuestas frente al coloquio de IDEA y su campaña que buscarán el apoyo de los sectores económicos dominantes a costa de los sectores populares con una salida conservadora ante la crisis económica.

¿Cómo llegamos a este escenario de balotaje con dos expresiones que no nos representan?

Que la elección sea entre estos dos candidatos nos hace conscientes de las limitaciones que hemos tenido las organizaciones populares y la izquierda en su conjunto para poner en pie un proyecto de país que transforme radicalmente este sistema y que permita expresarse unitariamente en las calles y en las urnas para construir un cambio social de fondo en la Argentina y que tenga al pueblo como protagonista.

Que tras doce años de kircherismo, el candidato del FPV sea Scioli y peligre el “proyecto nacional y popular” es responsabilidad de quienes, en estos años, han decido gobernar por arriba, intentando desmovilizar el pueblo trabajador, sosteniendo su poder en los gobernadores y el PJ, sin tocar los intereses de fondo de las clases dominantes. La alianza, aun con sus problemas, con los sectores económicos dominantes, con el poder del agronegocio y sin tocar los intereses del capital, la propuesta de un capitalismo serio o con inclusión,  dejaron como saldo un candidato en la provincia de Buenos Aires, responsable del asesinato de militantes populares que terminó derrotado por el PRO y un candidato a presidente que no logró entusiasmar ni a propios ni ajenos.

Scioli no representa ni podría representar nunca lo intereses del pueblo trabajador. En la provincia de Buenos Aires ha impulsado políticas contra los de abajo, ha tejido alianza con los sectores económicos y ha reprimido las movilizaciones populares. En estos años hemos denunciado a Scioli y su policía Bonaerense, la misma que desapareció a Luciano Arruga y que reprimió las manifestaciones populares. Quienes luchamos por los derechos humanos hemos rechazado a los Berni, Casal y los Granados que buscan reforzar la narcopolicía represora como forma de control social. Rechazamos a quien ha sido reactivo a los intereses populares y ha dispuesto las fuerzas represivas para dar respuesta a los reclamos más básicos. Sin embargo, frente al escenario de balotaje, hostil y desfavorable de cualquier manera para los proyectos populares, entendemos que una porción de nuestro pueblo lo vote, con expectativas defensivas, contra Macri.

Macri significa a nivel regional alinearse con la derecha golpista venezolana, Uribe y la Alianza del Pacífico, en oposición a cualquier política de integración latinoamericana.

Lo enfrentamos en la Ciudad de Buenos Aires desde hace ocho años, donde su ex jefe de la Metropolitana fue responsable de 3 asesinatos en el desalojo del Indoamericano que nunca respondió ante la justicia. Quienes nos organizamos por vivienda digna luchamos contra su política de desalojos violentos, de abandono en las villas, de expulsión de los vecinos de la ciudad. Sufrimos la criminalización de nuestros compañeros judicializados por pelear por sus derechos, la persecución a los trabajadores ambulantes y de la economía popular, el recorte de los programas para defender los derechos de las mujeres, la persecución a nuestros docentes. Ante todas estas políticas, nos hemos organizado y movilizado en la calle.

Entendemos que el espacio que impulsa a Macri como presidente expresa de manera clara y sin contradicción alguna los intereses de la derecha en Argentina, en un abierto rechazo a los procesos más progresivos y radicalizados de América Latina y el Caribe. En este sentido, no votamos y rechazamos su candidatura. De ser electo presidente, no cabe duda alguna de que estaremos frente a un modelo neoliberal, excluyente y reaccionario, al cual volveremos a enfrentar desde las calles junto a nuestro pueblo.

            Ni Scioli ni Macri nos representan.  Por eso, entendemos que, gane quien gane, la tarea estratégica es preparar la movilización social para resistir el giro conservador y construir una alternativa política emancipatoria. Más allá de los diferentes posicionamientos tácticos frente al balotaje, después del 22 de noviembre debemos seguir trabajando para generar en la Argentina la alternativa que falta, haciéndonos cargo de las limitaciones propias y construyendo, junto al conjunto de las organizaciones populares, la unidad necesaria para la etapa y las tareas que se nos vienen.