Conferencia de Antonis Ntavanellos y Sotiris Martalis

[El 7 de febrero, nuestros compañeros de ISO y de SocialistWorker.org organizaron una videoconferencia con Antonis Ntavanellos y Sotiris Martalis, dos miembros de Syriza -el primero miembro de la Coordinadora Ejecutiva, el segundo del Comité Central- que dinamizan la organización DEA (Izquierda Obrera Internacionalista). Desde la celebración de esa entrevista, diversas instancias de la Unión Europea han confirmado su voluntad de derrotar al Gobierno de Syriza lanzando una verdadera guerra de clase contra los objetivos de ese Gobierno, objetivos que intentan responder a necesidades elementales de la mayoría de la población. El 11 de febrero de 2015, tuvo lugar una movilización, reuniendo a cerca de 30 000 personas en Atenas, en Tesalónica y en numerosas ciudades, en apoyo al gobierno y contra la política de las diversas instituciones de la UE. La enorme presión de las instancias económicas y políticas sobre el Gobierno griego se traduce en diversas concesiones. Una es sobre el ritmo de la aplicación del aumento del salario mínimo a 751 euros (en vigor desde 2009). La otra tiende a diferir la fijación de un umbral de no imposición en 12 000 euros (actualmente 5 000) en el segundo semestre de 2016. Sin embargo, hay que tener presente la profundidad de la crisis social. La última encuesta del Prolepsis Institute of Preventive Medicine, Environmental and Occupational Health publicado el miércoles 11 de febrero de 2015, la revela con claridad. Ha sido realizada en 64 escuelas de Atenas y analiza la alimentación de los niños y niñas. El 25% de las familias de los niños y niñas sufría hambre, el 60% inseguridad alimentaria, es decir, insuficiencia de alimentos. Y en el 61% de las familias uno de los dos padres no disponía de renta alguna (ni salario, ni jubilación) y en el 17% ninguno disponía de una renta. Con sólo estos datos es clara la urgencia de la cobetura de las reivindicaciones sociales de base.

Además, contrariamente a las primeras declaraciones, se ha dejado abierta la posibilidad de privatizar una segunda parte del puerto del Pireo. Pekín considera este puerto como estratégico. Cosco Holding Co, adquirió en 2009, una concesión de una duración de 35 años para una terminal para contenedores. El portavoz del Ministerio de Finanzas chino dijo entonces que era un “modelo de cooperación mutua benéfico para China y Grecia” (Wall Street Journal, 11/02/2015). El Ministro de Marina Mercante de Grecia, Theodore Dritsas, parece haber cambiado de posición. Y se trata de un tema de importancia, tanto más cuando también están esperando una concesión la firma danesa A.P. Moller-Maersk y el mayor operador de los Estados Unidos, Ports America Inc.

En fin, como subraya en la entrevista Antonis Ntavanellos, las negociaciones sobre la deuda, al menos las dirigidas por Varufakis, cambian de tono. Frente a la movilización popular, frente a las expectativas de una concreción del programa electoral, frente a la expresión de una “dignidad soberana”, ¿cuáles serán las decisiones fundamentales del gobierno? En las manifestaciones del 11 de febrero, la consigna “No al 100% a los Memorándum /1” era bien recibida. La fase abierta por la victoria electoral ha entrado en su primera etapa. Uno de los factores que determinarán la calidad y la forma de su desenlace reside en la solidaridad internacional, que debe respaldar la adhesión a una política gubernamental griega que rechaza un sistema dediktats legalizado. Hay ahí un enfrentamiento de clases que analistas de la prensa económica, por eufemismo, llaman “un choque de legitimidades en Europa”.

Desde hace algunos años, hemos dado a conocer las actividades, los análisis y las tomas de posición de nuestros compañeros y compañeras de la DEA, en colaboración estrecha con nuestros amigos y amigas de ISO. Juzgamos que la traducción y la publicación de esta videoconferencia constituye un documento muy importante para desarrollar la solidaridad internacional con las masas populares griegas contra la agresión de las instancias de la UE que apuntan, hoy, contra el gobierno de Syriza – Nota de la Redacción de A l’Encontre-].

Antonis Ntavanellos. Lo primero importante que hay que comprender es el sentido del 25 de enero (elecciones) tanto como victoria de la izquierda como de Syriza. Ésta se ha dado en un país en el que, durante el siglo pasado, se sucedieron dos dictaduras -la de Metaxas, entre 1936 y 1941, seguida por la brutal ocupación alemana entre 1941 y 1944; luego la llamada “dictadura de los coroneles” entre 1967 y 1974- y una guerra civil -1946-1949-, en el curso de la cual la izquierda sufrió terribles derrotas. Se trata de la primera victoria política de importancia para la izquierda radical en todo el período, desde finales de los años 1940.

Esta victoria se basa en la resistencia masiva de la clase trabajadora a lo largo de los cinco o seis últimos años en Grecia. No es por tanto sorprendente que haya en el seno de la población, en todo el país, un sentimiento de alegría y de fiesta.

Este sentimiento de fiesta se ha reforzado con las declaraciones que los ministros del nuevo Gobierno han hecho durante los 10 días posteriores a las elecciones. El Gobierno entrará oficialmente en funciones el lunes 9 de febrero pero, antes de esta fecha, cuando los nuevos ministros tomaban posesión de sus ministerios, expresaban y hacían ya cosas importantes.

Uno de ellos, por ejemplo, inmediatamente después de haber prestado juramento, ha anunciado que se pondría fin a la privatización en curso del puerto del Pireo -una primera parte fue vendida a la sociedad china Cosco, una segunda estaba en vías de venta en los últimos días del gobierno Samaras-, el mayor puerto marítimo de Grecia; el primer ministro chino Li Keqiang, declaraba en junio de 2014 que el Pireo sería “uno de los más competitivos del mundo”, y el puerto estratégico para las exportaciones hacia Europa.

Otro ministro indicó que, a contar desde ese mismo día, se iba a frenar la privatización de la empresa pública de electricidad (DEI). Ahí están también las declaraciones según las cuales no se procedería más a despidos en el sector público y que 3 500 empleados y empleadas podrían volver al trabajo.

Muy rápidamente, Alexis Tsipras ha llegado a un acuerdo con los Griegos Independientes -ANEL, según las iniciales griegas-, a fin de que participaran también en el Gobierno. Una decisión que va en contra de la posición de Syriza sobre la formación de un gobierno de izquierdas.

Parece que fuera de Grecia algunas personas imaginan que Syriza ha realizado un acuerdo con un partido que es parecido a Amanecer Dorado. No es así. Los Griegos Independientes son un partido que ha salido ciertamente de la derecha. Han tomado también una posición clara contra los Memorándum, lo que les ha llevado a modificar sus posiciones conservadoras sobre ciertas cuestiones específicas. Así, ANEL apoya las privatizaciones en su programa fundamental. Sin embargo, en el curso de los cinco últimos años, la formación se ha pronunciado contra toda proposición concreta de privatizaciones debido a que se producen en el marco de los Memorándum.

En cuanto se anunció el acuerdo con ANEL, nuestra organización -DEA, Izquierda Obrera Internacionalista- publicó una declaración contra esta alianza con los Griegos Independientes. Hemos afirmado que esta decisión iba en contra de las declaraciones tomadas en conferencias de Syriza que rechazaban las alianzas con los partidos de centro izquierda, lo que significaba, sin duda alguna, que este principio englobaba igualmente al centro derecha. Decíamos que la alianza con ANEL sería una correa de transmisión de las presiones conservadoras sobre el Gobierno.

Pero, para ser honrado, pienso que la atención de los socialistas revolucionarios, en los días que vienen, no debería estar centrada en los Griegos Independientes, sino más bien en otros factores que son bastante más importantes en la determinación de lo que hará o no el Gobierno. La amenaza que plantean los Griegos Independientes será para nosotros un problema “fácil” de resolver en comparación con problemas más importantes, como hacer frente a los “prestamistas internacionales”, a la clase dominante griega, así como con el Estado actual.

Tras la formación del gobierno han comenzado las negociaciones con los acreedores de Grecia. La Unión Europea, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo en paralelo con el Gobierno alemán han tomado una posición muy dura. Intentan humillar al recién elegido Gobierno griego con el objetivo claro de su aislamiento y, finalmente, de su derrocamiento.

Frente a ellos, la dirección de Syriza a nombrado como nuevo Ministro de Finanzas a Yanis Varufakis que no es un miembro de Syriza sino un antiguo socialdemócrata. Varufakis eestá intentado maniobrar contra las presiones ejercidas por la Unión Europea, pero lo hace modificando las posiciones de principio de Syriza sobre las cuestiones de la deuda con la esperanza de llegar a un compromiso con Wolfgang Schäuble, el Ministro de Finanzas alemán.

No sabemos cuál será la salida de esta maniobra. Se trata de una situación nueva e imprevisible. Pero sabemos muy bien la importancia de los cambios en Grecia: son inmensos, tanto en el interior del país como en el exterior.

En el país existe una opinión mayoritaria: se debe apoyar al Gobierno. Pero, igualmente, el Gobierno no debe comprometerse con los acreedores. Hace dos días, en la noche del 5 de febrero, con muy poca organización y respondiendo a un llamamiento urgente, más de 10 000 personas se concentraron en la plaza Syntagma, en Atenas, a fin de hacer visible su apoyo al Gobierno a la vez que exigían que no retrocediera.

Será una situación muy complicada. Incluso si la dirección de Syriza desea realizar un compromiso, no es del todo seguro que lo logre. Hay numerosos índices que muestran que el movimiento de la clase trabajadora en Grecia está determinado a luchar y, yo así lo creo, que tras la victoria de Syriza, ese movimiento puede llevar la lucha a un nivel más elevado.

Debemos sin embargo recordar también la importancia de los cambios a escala internacional. Me encontraba hace unos días en Alemania donde participaba en un encuentro público sobre el gobierno de izquierdas en Grecia. Las personas presentes afirmaron que era la primera vez, en veinte años, que se celebraba una discusión pública en Alemania sobre otra vía diferente al neoliberalismo o al social liberalismo. Es algo muy importante. Podéis ver una alternativa en España: el otro ejemplo de un éxito electoral de la izquierda, después del de Syriza, es el [posible] de Podemos, más allá de las diferencias. Esa es una real amenaza política para las clases dominantes de Europa y para el liderazgo de la UE.

No sé con precisión lo que va a ocurrir. Nadie lo sabe. Podemos ganar todo igual que podemos ser derrotados. No conocemos el fin de la historia. Lo único que puedo deciros es que lucharemos para ganar. Nadie olvida que Syriza es un género particular de partido: se trata de una red de activistas fuertemente anclados en la izquierda y que están lejos de haber sido derrotados.

A propósito de las cuestiones sobre el gobierno, Syriza y las corrientes en su seno…

Antonis Ntavanellos. Se nos ha preguntado cuáles eran las reacciones de los movimientos de masas respecto al nuevo Gobierno. Es demasiado pronto para responder. El Gobierno ni siquiera, hasta ahora, ha presentado oficialmente su programa. Nos encontramos, de verdad, completamente al principio.

Ha habido una manifestación hace algunos días en la plaza Syntagma en apoyo al Gobierno y contra las amenazas de Schäuble. Hay, además, discusiones y reuniones en el seno de los sindicatos y en numerosos centros de trabajo sobre las reivindicaciones que pueden ser planteadas al Gobierno y sobre cómo llegar a soluciones. Es el punto en que nos encontramos en este preciso momento.

Es aún pronto. Por ejemplo, los trabajadores de ERT [la cadena de radio televisión pública, cerrada por el gobierno Samaras en junio de 2013, y que dispone de señal para todo el país] afirman que, por el momento, esperarán a que el Gobierno presente sus soluciones de reapertura de la estación. Discutimos con esos trabajadores sobre la necesidad que hay de movilizarse para que esto se produzca lo más rápidamente posible. Pero su actitud indica que el sentimiento compartido hasta ahora es que el Gobierno actúa en la buena dirección.

En lo que se refiere a la Plataforma de Izquierdas y a la izquierda en el seno de Syriza: todas las corrientes radicales en el seno de Syriza, con excepción de DEA, participan en el Gobierno.

Por ejemplo, la Corriente de Izquierdas -cuya figura es Panagiotis Lafazanis-, que forma con nosotros la Plataforma de Izquierdas, tiene cuatro importantes ministros en el seno del nuevo gobierno. El ala más de izquierdas entre los partidarios de la corriente a la que pertenece Tsipras -la corriente Izquierda Unida- tiene cinco ministros. DEA tiene dos electas en el Parlamento, una es miembro de DEA, la otra es una simpatizante de la región de Kalamata. Se trata de dos mujeres y una es la más joven del Parlamento griego.

En lo que se refiere a la actitud de la clase dominante griega respecto a Syriza y el conflicto en este terreno, es una cuestión por el momento secundaria pues la principal es la de las negociaciones con Europa sobre la deuda.

La clase dominante griega no apoya al Gobierno, pero pide que llegue a compromisos con la UE. Por su parte, la dirección de Syriza intenta convencer a la clase dominante -por medio de los medios de cmunicación- de que Tsipras encontrará una solución sin crisis mayor. Pero todo esto no son más que especulaciones pues se basa en la idea de que Schäuble aceptará un compromiso y, también, de que la base social de Syriza y sus miembros aceptarán un compromiso.

De hecho, esto –y por ambas partes-no es seguro en absoluto. Pienso que Schäuble no puede ni aceptar la proposición más moderada de Yanis Varufakis, que se opone a las posiciones sobre las que Syriza se ha comprometido. Es, además, posible oírya voces en el seno de Syriza que protestan contra las concesiones contenidas en el plan de Varufakis.

Pienso que no estamos más que en el primer capítulo del libro. El segundo capítulo tratará sobre los impuestos a las empresas y a los ricos, sobre el freno de las privatizaciones y la exigencias de que las empresas y compañías más importantes ya privatizadas vuelvan [a las manos del Estado] y, por encima de todo, sobre la cuestión del control de los bancos.

Había una pregunta sobre Amanecer Dorado, la islamofobia y la línea de Syriza en lo que se refiere a los y las emigrantes en Grecia. Los resultados de Amanecer Dorado han constituido el único punto de sombra en las elecciones. Son ligeramente más flojos que en las precedentes, pero siguen obteniendo más del 6% de los votos.

El punto principal es que Amanecer Dorado se ha visto obligado a cambiar la forma en que opera para conservar su influencia. Hace aún seis meses, el partido estaba estructurado alrededor de demostraciones de violencia en la calle: ataques de canallas nazis contra inmigrantes, gays, sindicalistas y activistas de izquierdas.

Tras la muerte de Pavlos Fyssas -un músico de hip-hop de izquierdas asesinado por un miembro de Amanecer Dorado en septiembre de 2013- y las movilizaciones de masas que obligaron a Nueva Democracia y al Estado a emprender acciones judiciales contra Amanecer Dorado, esta orientación se hundió. A partir de entonces los nazis reflexionan sobre la posibilidad de volverse hacia una estrategia electoral y si deben cooperar con Antonis Samaras.

Esto es debido a que se ha abierto una crisis importante en el seno de Nueva Democracia como consecuencia de su derrota electoral. Hay un enfrentamiento entre la estrategia de derecha dura de Samaras y las políticas, así como las posiciones tradicionales de centro derecha, alrededor de Kostas Karamanlis -del clan familiar Karamanlis; en 1974, Konstantinos Karamanlis creó ND-. Numerosos partidarios de Karamanlis acusan a Samaras de haber transformado Nueva Democracia en un grupúsculo de extrema derecha.

Sobre el tema de la islamofobia, Syriza es un partido que ha crecido en el combate contra el racismo. Así, para la gran mayoría de nuestros miembros y simpatizantes, la islamofobia es algo contra lo que peleamos. Secciones locales de Syriza organizan la solidaridad con los y las inmigrantes y combaten la islamofobia, aunque estas iniciativas sean tomadas sobre todo a nivel de la base.

El nuevo gobierno ha nombrado a Tasia Christodulopulu, una militante antirracista, una radical, como Ministra responsable de las cuestiones de inmigración. Todos los demás partidos, comenzando por ANEL y hasta Nueva Democracia y el Pasok, se oponen a ello y preguntan cómo una militante radical puede ser Ministra y aplicar las leyes sobre la inmigración.

En un mes habrá una manifestación exigiendo un estatuto legal para los y las inmigrantes, para la atribución de la totalidad de los derechos cívicos a los hijos de inmigrantes, la aceptación de los y las refugiadas que huyen de la guerra así como la supresión de los campos en los que son detenidos los y las inmigrantes. Se trata de una batalla en curso, pero nos encontramos ya en una posición bastante mejor que en el pasado.

En lo que se refiere a las relaciones de Syriza con los demás partidos griegos, lo primero que hay que decir es que no se ha tratado solo de una victoria electoral para Syriza, sino también de una importante victoria política.

Observemos la imagen de conjunto. Syriza ha obtenido el 36,3% de los votos. El antiguo partido gubernamental, Nueva Democracia, ha alcanzado el 27,8 % y todos los demás partidos -incluyendo el Pasok, que era el principal partido del centro izquierda- se sitúan en alrededor del 6% o menos. Esto indica la preponderancia de Syriza en el seno del nuevo Parlamento, lo que ofrece al Gobierno numerosas posibilidades de reforzar su posición, a condición de que las utilice.

Una de las primeras acciones del nuevo Parlamento, por ejemplo, ha sido elegir un Presidente. La candidata presentada por Syriza, Zoe Konstantopulu, ha obtenido 235 votos de 300. Esto significa que muchos diputados que no son de Syriza -los del KKE, de los partidos de centro izquierda- han votado a favor de la candidata de Syriza.

Sobre el tema de los otros dos partidos de la izquierda:

· El KKE (Partido Comunista de Grecia) ha mantenido su hostilidad sobre la posibilidad de una cooperación con Syriza, lo que la gente llama una actitud sectaria. En mi opinión su actitud no es simplemente sectaria, sino que es también, desde un punto de vista político,completamente abstencionista y pasiva. Continúan atacando a Syriza en primer lugar antes de atacar a Nueva Democracia. El partido ha mantenido que no apoyaría a Syriza en caso de un voto de tolerancia, aunque esto habría permitido a Syriza dirigir un gobierno sin buscar alianzas. En mi opinión, Tsipras ha hecho un gran regalo a la dirección del KKE realizando inmediatamente un acuerdo con vistas a la formación de un gobierno con el apoyo y la participación de Griegos Independientes. Si hubiera insistido en presentarse ante el Parlamento pidiendo un voto de tolerancia sobre el programa de Syriza -lo que, por supuesto, apoyamos- creo que el KKE se habría encontrado en una postura muy difícil manteniendo su orientación sectaria, sin que Syriza perdiera otros apoyos.

· Antarsya está en dificultades. Sus resultados electorales eran ligeramente mejores [0,6%] que los obtenidos en las elecciones parlamentarias de junio de 2012, pero son inferiores a los de mayo de 2012. Actualmente la coalición está muy dividida en su seno. Una parte apoya con razón al gobierno de Syriza mientras que otra prosigue su rechazo.

Es ahí donde están las cosas para Syriza y los demás partidos de la izquierda. Dicho esto, creo que la cuestión de la correlación de fuerzas en el seno de Syriza es la cuestión más importante.

La izquierda radical en el seno de Syriza está compuesta por la Plataforma de Izquierdas, que reúne a DEA y la Corriente de Izquierdas. En la última conferencia, la Plataforma de Izquierdas ganó el 30% de los votos de los miembros de Syriza y todo el mundo considera que tras la conferencia (de julio de 2013) la Plataforma de Izquierdas se ha reforzado.

Un nuevo desarrollo reside en la ruptura entre los partidarios de Tsipras en el seno de su corriente llamada Izquierda Unida. Esta escisión en dirección de la izquierda fue anunciada públicamente por medio de una carta abierta firmada por 53 cuadros de Syriza y es conocida como La carta de los 53. El punto importante es que si se añade el apoyo obtenido por la Plataforma de Izquierdas al de los 53, juntas, las dos llegan a constituir una parte importante del Comité Central de Syriza.

Esta situación explica por qué Tsipras y la dirección del partido no han convocado reuniones del Comité Central y han actuado solos durante las últimas semanas que llevaron a las elecciones. Han podido hacer esto sin coste para ellos, pero la presión en el interior del partido sobre estas cuestiones de democracia es fuerte y aumenta.

Parece que la dirección planifica una reorganización del partido, lo que significa que se convocará muy rápidamente una conferencia con la elección de un nuevo Comité Central. Por este medio Tsipras puede esperar modificar las correlaciones de fuerzas en el seno de Syriza en su favor y en perjuicio de la izquierda. ¿Funcionará esto? Veremos. No será una tarea fácil. Pero, para ser totalmente honesto, la nueva situación abierta por las elecciones es confusa y caótica y nadie sabe exactamente lo que va a pasar a continuación.

Antes he dicho que las demás fuerzas de izquierda en el seno de Syriza, con excepción de DEA, han aceptado participar en el Gobierno. Nosotros hemos decidido no participar no solo en los puestos gubernamentales, sino tampoco en puestos en el aparato del Estado. Intentaremos seguir siendo una fuerza presente en los movimientos sociales así como en la Plataforma de Izquierdas en el seno de Syriza.

Voy ahora a decir algo sobre DEA. Seguimos siendo una pequeña organización, aunque hayamos doblado nuestro tamaño desde nuestros comienzos. Lo más importante es que somos una organización muy sana, que dispone de relaciones en numerosos sindicatos, movimientos sociales y organizaciones locales de Syriza. Lo hemos hecho de forma abierta, como miembros de DEA, representando a nuestra organización.

Hemos reforzado DEA. Por medio, por ejemplo, de una campaña seria sobre nuestro periódico. Hacemos un periódico bastante más consecuente y, por primera vez, es vendido no solo por nuestros miembros sino también en centenares de kioscos, lo que supone un paso adelante importante para nosotros.

Algunos, en el seno de Syriza, estiman que la izquierda está actualmente aislada. No tenemos este sentimiento. Sabemos que nuestra posición en Syriza es minoritaria, pero tenemos una gran audiencia, un amplio círculo de simpatía que respeta las posiciones políticas que tomamos.

Querría también hacer algunos comentarios sobre la situación fuera de Grecia, en Europa. Las políticas de austeridad y neoliberales que siguen dominando, así como los avances de los partidos de derechas en países como Francia e Italia, forman una parte del cuadro. Pero no deberíamos perder de vista los signos de cambio. La victoria de Syriza en Grecia es un ejemplo. El apoyo importante en favor de Podemos en España es otro. Sinn Fein ha realizado avances en Irlanda y, por primera vez después de muchos años, vienen buenas noticias desde Portugal. Hay también en Alemania signos que muestran que la situación puede cambiar.

Sin embargo, dicho esto, está absolutamente claro que los gobiernos y las instituciones europeas atacarán al programa que Syriza plantea. Contra esto, todas las fuerzas radicales en el seno de Syriza comparten un eslogan: “ni un paso atrás”. Insistimos en nuestro programa y actuaremos para ponerle en marcha -por utilizar una referencia de los movimientos en los Estados Unidos- por todos los medios necesarios [“by any means necesssary”, frase pronunciada por Malcolm X].

Y la fórmula “por todos los medios necesarios” incluye la comprensión de que el enfrentamiento con la Unión Europea podría significar la salida del euro y una vuelta a una moneda nacional. No somos partidarios de ello como primera opción, o peor, como un método para salvar el capitalismo griego de la crisis. No se trata de un Plan B para un relanzamiento económico en Grecia, como han propuesto algunos economistas. Al contrario, se trata de una orientación política que afirma que estamos determinados a derrocar la austeridad y que terminaremos esta tarea por todos los medios necesarios.

Sotiris Martalis.

Querría hacer un comentario sobre el tema de las relaciones entre Syriza, los sindicatos y el KKE.

Las fuerzas de Syriza en el seno de los sindicatos han aumentado durante el último período. Sin embargo, hasta ahora, la mayor parte de los sindicatos están dirigidos por la socialdemocracia (Pasok). En la mayor parte de las cuestiones ganan con el apoyo de fuerzas más conservadoras (ND). Pero durante el año pasado, ha habido numerosas divisiones, encontrándose las fuerzas de Syriza en posición más fuerte, lo que ha llevado a ciertos socialdemócratas a acercársenos apoyándonos o proponiendo alianzas. Estamos convencidos de que este movimiento va a continuar y que Syriza continuará reforzándose en los sindicatos.

Miembros del KKE han llevado a cabo una política sectaria tanto en el seno de los sindicatos como a nivel político. Durante mucho tiempo el KKE y Antarsya han formulado reivindicaciones similares a las de Syriza: parar los despidos, readmitir a los empleados y empleadas del sector público, reabrir servicios públicos y empresas que han sido cerradas así como poner término a las disminuciones de salarios. Ahora discuten sobre la exigencia de que el Gobierno aumente inmediatamente los salarios el 35% o más, al nivel de 2009. Se trata ésta de una política que no tiene por objetivo anclar a Syriza en la izquierda sino más bien dividir la lucha.

Comparto la opinión de Antonis según la cual DEA no está aislada en el seno de Syriza. Sabemos que una gran parte de la izquierda de Syriza considera a DEA como una componente importante de la Plataforma de Izquierdas y continuará encontrando formas de trabajar con nosotros. Querría también añadir que, en diciembre, DEA ha celebrado una conferencia de unificación con una más pequeña organización, Kokkino, con la que nos hemos fusionado de forma que somos más fuertes y más capaces de construirnos en el seno de Syriza.

Por lo que se refiere a la actitud de los trabajadores y de las fuerzas populares respecto al nuevo Gobierno, numerosas decisiones simbólicas han permitido a Syriza recibir un apoyo importante. El día después de las elecciones, por ejemplo, Tsipras ha marcado puntos acudiendo al monumento nacional de la resistencia en Kaisariani, donde los nazis ejecutaron a 200 personas, la mayor parte de ellas comunistas, el 1 de mayo de 1944, durante la ocupación de Grecia en la Segunda Guerra Mundial. Tsipras depositó allí una corona en memoria de las víctimas.

Ese mismo día, los trabajadores quitaron las verjas que rodeaban al Parlamento. Éstas estaban destinadas a detener a los manifestantes. Al mismo tiempo, los nuevos ministros anunciaban que Syriza cumpliría sus promesas de puesta en marcha de medidas como elevar de nuevo el salario mínimo de 530 euros a 751 [lo que ahora se ha atrasado a 2016], restablecer los convenios colectivos de trabajo, no poner impuestos a las rentas de la gente por debajo de 12 000 euros, etc.

Todo esto dio un gran impulso al Gobierno así como mucha esperanza a la gente de que permanecerá firme en sus compromisos. Nos queda por ver cómo hará frente el gobierno a los acreedores internacionales a fin de disponer de dinero para cumplir estas promesas.

Antonis Ntavanellos

Voy a comenzar hablando del movimiento de la clase trabajadora antes de las elecciones. Es manifiesto que Grecia conoció un importante movimiento de resistencia hasta 2012. Entre 2010 y 2012, hubo varias huelgas nacionales y/o jornadas de acción nacionales así como numerosas batallas en los lugares de trabajo, que formaron la columna vertebral de las manifestaciones de masas implicando la participación de varios centenares de miles de personas.

Esta experiencia era importante para la clase trabajadora de muchas formas. La más importante ha sido, sin embargo, que ha enseñado a los trabajadores y trabajadoras que para que sus reivindicaciones, incluso mínimas, contra la austeridad sean satisfechas, deberían derrotar al Gobierno y expulsar a la Troika. Los trabajadores griegos han intentado hacerlo gracias a sus propias luchas y manifestaciones, pero en ese punto tuvieron que hacer frente a la fuerza desnuda del Estado. Nos hemos encontrado no soloante la policía, sino también ante las fuerzas especiales militares, con su armamento.

Era una experiencia muy difícil y, a partir de 2012, los trabajadores han remitido sus esperanzas a las elecciones como medio de derrotar a los gobiernos de los Memorándum. La conclusión puede resumirse así:podemos preferir las luchas que ponen a la clase trabajadora en el centro de la escena sociopolítica, pero no podemos elegir las condiciones a las que nos vemos confrontados.

Es importante decir que esto no ha constituido un giro a la derecha desde 2012. Es algo completamente claro. Es la razón por la que ha ganado Syriza. Porque la masa de la clase trabajadora intenta realizar cambios de sus condiciones de vida apoyando una alternativa de izquierda en las elecciones. De ahí la importancia de la perspectiva efectivamente de izquierdas, con el debate que se ha producido y que continúa.

En paralelo, por supuesto, continuaban las luchas sociales y de trabajadores. Pienso que es un hecho importante, del que todo el mundo debería acordarse, pues implica que existen las condiciones para que un gran movimiento reaparezca muy rápidamente. Esto constituye un mensaje para la clase dominante, pero también para el nuevo Gobierno.

Quiero decir también algo sobre el Movimiento de las Plazas, el crecimiento de las asambleas populares, etc. Si se las considera en perspectiva, no han tenido un impacto tan importante como mucha gente fuera de Grecia considera. Por un momento, las ocupaciones de espacios públicos fueron muy importantes, pero ese movimiento no ha ido mucho más allá.

Creo que aquí, en Grecia -aunque esto no sea cierto para numerosos países- la fuerza social central del movimiento de resistencia ha sido la clase trabajadora organizada. Por organizada, entiendo, estructurada en los lugares de trabajo, dispuesta a hacer huelgas y luchas. No hemos tenido, en Grecia, ese tipo de sentimiento que la gente llama “antipartido” o “antipolítica”. Es esencial reconocer que la mayoría de los trabajadores estima que para lograr un cambio en sus vidas, deben apoyar a un partido de izquierda en las elecciones.

En las circunstancias concretas actuales, diferentes fuerzas de la izquierda -incluyendo DEA y la Corriente de Izquierdas en el seno de Syriza- apoyan la idea de reconstruir los comités populares, es decir unificar las organizaciones locales de resistencia. No estamos más que en un estadio inicial, es algo sobre lo que debatimos, que preparamos, pero que no se ha realizado aún.

En el Estado español el desarrollo de la resistencia ha sido diferente. Allí, el movimiento de ocupación de losIndignados era una componente bastante más fuerte de la resistencia. Creo que es lo fundamental de la creación de Podemos. En el seno de Podemos, mantenemos relaciones con Anticapitalistas. Pienso que es el esfuerzo más serio de estructuración en el seno de Podemos contra la influencia de esas ideas antipolíticas u opuestas a la izquierda que podrían seriamente perjudicar a un movimiento que suscita tantas esperanzas.

El movimiento Podemos es muy importante para Grecia. Quizá el acontecimiento más importante para nosotros tras las elecciones ha sido la masiva manifestación en Madrid organizada por Podemos, que reunió a centenas de miles de personas que se manifestaban en solidaridad con Grecia y haciendo la demostración de la unidad de la resistencia en toda Europa.

Alguien ha planteado una pregunta sobre los partidos socialistas en Grecia y sobre la razón por la que no se habían desplazado a la izquierda con ocasión de la crisis. La explicación, en mi opinión, reside en las prácticas de los partidos socialistas en el curso de los 20 o 30 últimos años. Se han desplazado fuertemente hacia la derecha, lo que ha implicado el establecimiento de lazos con las clases dominantes que no pueden romper ahora. Pienso que es imposible para el SPD en Alemania volver a lo que era en los años 1970.

Dicho esto, creo que el único camino que se puede tomar es el que hemos recorrido en Grecia. Para que crezca la izquierda, debe ignorar a los partidos socialistas. El Pasok, en Grecia, que ha sido uno de los partidos socialistas más fuertes de Europa, no existe ya, de hecho. Ha obtenido menos del 5% de los votos y no puede ya movilizar a casi nadie en las manifestaciones.

A propósito de la pregunta sobre la importancia del aumento del salario mínimo a su nivel anterior a la austeridad. Es una cuestión crucial. No es solo por las condiciones en las que están los trabajadores pagados con el salario mínimo. Más importante, esta medida, en paralelo con el restablecimiento de los convenios colectivos de trabajo, envía un mensaje político a la mayoría de la clase trabajadora: comenzamos a marcar puntos, y habrá otros en el futuro. El título de la portada de nuestro periódico en estos momentos es el siguiente: “Vamos a recuperar todo”.

El salario mínimo tiene un impacto sobre las rentas a todos los niveles. Si el salario mínimo crece, empujará a todos los salarios hacia arriba. Esto es por tanto muy importante y estoy convencido de que vamos a ver a la clase dominante presionar sobre Tsipras para que retrase esta medida y retroceda en este tema.

¿Cuáles son los obstáculos que Syriza coloca ante las movilizaciones de la clase trabajadora? Creo que la respuesta a esta pregunta es ésta: no hay. Debemos modificar nuestra forma de pensar, por lo menos sobre las condiciones que existen en Grecia. No podemos explicar que no funciona nada afirmando que los problemas son causados por la dirección. Hay algo más que es muy importante: las correlaciones de fuerzas en el seno de la sociedad.

Esto no significa que la dirección de Syriza no tenga ninguna responsabilidad en lo que ocurre. Tiene serias responsabilidades y nosotros exigimos que se muestre a la altura. Pero, en realidad, no hay un botón mágico que pueda pulsar Tsipras y provocar movilizaciones de la clase trabajadora en Grecia.

El hecho de que nuestra corriente política tenga una estrategia y una táctica de transición es muy importante. Partimos de las condiciones reales del movimiento de la clase trabajadora e intentamos avanzar etapas concretas a fin de obtener conquistas y aumentar la confianza de los trabajadores en sí mismos. Aprovecho esta ocasión para dar las gracias de nuevo a Haymarket Books -editor de la izquierda radical en los Estados Unidos- por haber contribuido a la publicación en Grecia de un libro sobre el IV Congreso de la Internacional Comunista. Pensábamos que con nuestras relaciones con Syriza, abríamos un nuevo camino para los socialistas, es decir, la izquierda socialista radical. Pero, tras la lectura de esos documentos, hemos visto que la vía había sido tomada ya hace algunos años… Introducir estas ideas, en un libro -DEA ha publicado una parte del mencionado libro en inglés-, destinado a la izquierda griega ha sido de una gran ayuda para nosotros.

Esto me lleva a hablar de las lecciones que se pueden tener presentes en otros países de la experiencia de Syriza. Aquí tengo que ser honesto. No es posible, para nadie, transferir estas lecciones a escala internacional para la izquierda. Syriza es el resultado concreto de condiciones concretas de la lucha de clases concreta en Grecia.

Nadie puede explicar el desarrollo que ha conocido Syriza sin tener en cuenta las movilizaciones masivas de la clase trabajadora hace tres años. Es lo que está en la base del ascenso de Syriza y de su victoria en las elecciones. Pero esto no ha sido el único factor. Hace diez años había en Grecia inmensas movilizaciones contra la mundialización capitalista, se produjo la creación del Foro Social griego así como un movimiento contra la guerra. Esto constituye igualmente una de las raíces de Syriza.

Tras esta experiencia, hemos intentado continuar lo que habíamos comenzado en el Foro Social griego constituyendo una formación política. Diez años después de la fundación de Syriza, podemos decir, con satisfacción, que hemos realizado un excelente trabajo. Pero hay que subrayar que es un período de 10 años de batallas, de desarrollos específicos de la izquierda griega, etc. No podemos por tanto dar lecciones a nadie.

Una vez que hemos planteado esto, como he dicho antes, es muy importante para cualquier corriente política tener presentes ciertas ideas estratégicas fundamentales. Aquí creo que el concepto de reivindicaciones transitorias y la estrategia que le acompaña son muy importantes. Es la razón por la cual hacemos referencia a Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburg. Con estas ideas, hemos pasado momentos en que nos encontrábamos en pequeña minoría a otros en los que nos sentíamos nadando a favor de la corriente.

Querría detenerme algo más sobre la cuestión de la salida del euro. Como he dicho, nuestro planteamiento sobre esta cuestión se sitúa en relación a lo que nos acerque al socialismo. No es por tanto, en absoluto, el mismo que el de economistas que piensan que la salida del euro aliviará la crisis griega en el marco del capitalismo.

Es la razón por la que no tenemos la impresión de decir lo mismo que Costas Lapavitsas, el economista de izquierdas, elegido al Parlamento griego el 25 de enero, representante de Syriza. Costas es un radical. Sus proposiciones para salir del euro vienen de la izquierda, pero no estamos de acuerdo con la idea de que cambiar de moneda llevará a la sociedad griega fuera de la crisis. Si las correlaciones de fuerzas entre los trabajadores y la clase dominante siguen igual, el paso a una moneda nacional podría ser un desastre para los trabajadores haciéndoles llevar a sus espaldas todo el peso de una inmensa devaluación.

Pasar a una moneda nacional fundada en una devaluación permanente a fin de que la economía griega se vuelva más competitiva con otros países no constituye precisamente una marcha en dirección a la emancipación social. Puede ser una progresión hacia una miseria y pobreza peores aún.

Por otra parte, sin embargo, preferimos las ideas económicas planteadas por Lapavitsas a las de Yanis Varufakis. Las ideas de Varufakis son sencillamente socialdemócratas. Está convencido de que tiene un mecanismo más inteligente para negociar sobre la deuda, con el cual Grecia pagará toda la deuda, pero de tal forma que nadie pierda: ni los trabajadores griegos, ni los acreedores, ni nadie. Propone que Grecia pueda emitir nuevas obligaciones condicionando los reembolsos al crecimiento de la economía griega, a las tasas de interés del Euribor propuesto por los bancos y a otras cosas también.

Pienso que la esperanza de Varufakis de evitar el enfrentamiento con la clase dominante y salvar la economía griega por medio de sus ideas financieras, es sencillamente un fantasma socialdemócrata que conducirá a un gran revés. No estoy del todo seguro de que Schäuble acepte lo que Varufakis propone. En algunos días los ministros de finanzas del Eurogrupo se reunirán para discutir el plan y tomar una decisión. Ese será un momento de la verdad para el nuevo gobierno.

Como he dicho, no partimos de la pregunta de saber si Grecia debería permanecer en el euro o salir. Partimos de la idea de que tenemos que organizar a nuestra clase obrera a fin de enfrentarse y derrocar a la austeridad. De esta forma, podremos liberar el camino para abandonar la era del neoliberalismo para dirigirse hacia el socialismo.

Acabaré con la cuestión del acuerdo entre Syriza y ANEL así como con las discusiones en el seno de la Plataforma de Izquierdas. No estamos de acuerdo con la conclusión de una alianza con ANEL. No es solo porque ANEL está ligada con la Iglesia ortodoxa griega o porque es un partido nacionalista griego duro. Todo esto es cierto, pero el problema principal es que la presencia de ANEL en un gobierno de la izquierda será la correa de transmisión para que la clase dominante haga presión sobre el Gobierno.

Es la razón por la que nos opusimos a un acuerdo con ANEL desde el comienzo y por lo que podéis estar seguros de que seremos los primeros en presionar para que el fundador de ANEL, Panos Kammenos [Ministro de Defensa], salga del gobierno tan rápidamente como sea posible. Francamente, creo que esto será algo fácil cuando llegue el momento.

Hay sin embargo otro peligro del que la gente tendría que ser consciente. Martin Schulz (SPD), el presidente del Parlamento europeo y líder de la alianza europea de los partidos de centro izquierda, ha venido a Atenas y ha declarado que era una vergüenza para Syriza hacer una alianza con los Griegos Independientes. Su alternativa era que Syriza tenía que aliarse con el Pasok.

Es pura hipocresía. En el curso de los tres últimos años, los socialistas europeos apoyaban a un gobierno de Nueva Democracia en el que participaba el Pasok y cuyo primer ministro de derecha dura tenía relaciones con Amanecer Dorado. ¿Y ahora nos hablan de luchar contra la derecha?

Pienso que Tsipras ha hecho este acuerdo con los Griegos Independientes porque quería formar un gobierno al día siguiente de las elecciones. Si hubiera estado obligado a actuar como le proponíamos -es decir esperar dos semanas hasta la apertura de la nueva sesión del Parlamento y buscar un voto de tolerancia para que Syriza gobernara solo- esto habría implicado que Antonis Samaras permaneciera en su puesto dos semanas suplementarias y se habría encontrado en posición de hacer cosas muy dañinas, como la retirada masiva de depósitos bancarios –bank run– o el cierre de ciertas grandes empresas a fin de crear un clima de pánico. Esto habría podido crear las condiciones para que el Parlamento no aceptara los resultados de las elecciones.

Pienso pues que Tsipras ha actuado tan rápidamente porque temía que dos semanas fueran un momento largo y peligroso en una situación como ésta. Es la razón por la que las discusiones sobre el tema ANEL son más serenas en Greca. Todo el mundo sabe que es un problema, pero es un problema al que podemos enfrentarnos. Hay amenazas más peligrosas para la izquierda que la presencia de ANEL en el gobierno.

Las discusiones en el seno de la Plataforma de Izquierdas son, pues, muy difíciles. En momentos políticos cruciales, la formación y la afiliación política de cada componente de Syriza saldrán a la superficie. Así, por ejemplo, en razón de nuestra tradición política, era más fácil para DEA subrayar los problemas planteados por las ideas de Varufakis, al contrario de los camaradas de la Corriente de Izquierdas, cuyos orígenes son estalinistas y para los que el Frente Popular constituye una herencia importante.

Hay pues confusiones dentro de la izquierda de Syriza, pero las experiencias concretas nos permiten atravesarlas, podemos enfrentarnos a esta confusión. Antes de la apertura del Parlamento, por ejemplo, hemos actuado con otras corrientes de Syriza para frenar toda tendencia en el seno del partido que tuviera por objetivo minar la importancia de los compromisos sobre el salario mínimo y otras propuestas hechas por Syriza.

Esta es la situación. Es muy difícil y complicada y lo único que podemos decir es que lucharemos tan duro como podamos en ella a favor de los objetivos y las estrategias de la izquierda.

Sotiris Martalis

Me gustaría añadir un punto a la cuestión de saber si la clase dominante puede intentar lanzar otro partido socialista diferente a fin de contrarrestar la popularidad de Syriza. En realidad, lo han intentado, creando un nuevo partido de nombre Potami, lo que significa “río”. Potami es una formación que recibe mucho apoyo en los medios y que no tiene una línea clara.

El problema real para la clase dominante no es qué partido socialista reconstruir o crear sino la derrota política del centro izquierda que ha dado a Syriza la hegemonía política. Hay tres partidos en el centro izquierda, uno de los cuales no ha alcanzado siquiera el 3% necesario para estar representado en el Parlamento. Esos partidos son por tanto muy débiles.

Uno de los problemas a los que se debe enfrentar Syriza en estos momentos es lo que ocurre cuando antiguos dirigentes de esos partidos socialistas intentan entrar en Syriza. Ésta tiene problemas a causa de su tamaño. Tiene alrededor de 35 000 miembros y ha obtenido 2 250 000 votos, es una gran distancia. Es otro problema que la realidad presenta a Syriza y que debe ser resuelto.

20/02/2015

http://alencontre.org/europe/grece-un-bilan-et-une-reflexion-densemble-sur-une-victoire-politique-et-sa-dynamique-possible.html

Notas:

/1. “Memorandum” son las clausulas de condiciones pactadas por el anterior Gobierno de Grecia con la Troika o con alguno de sus componentes (Nota de la Redacción de VIENTO SUR)

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR