La identificación positiva del cuerpo de Facundo Castro por parte del Equipo Argentino de Antropología Forense nos llena de bronca. Aunque aún no se conocen las causas de su muerte, es claro que la Policía Bonaerense se encuentra en el centro de las sospechas. Ni siquiera hace falta remontarse a casos como los de Miguel Bru, Andrés Nuñez o Luciano Arruga sino que apenas basta con mirar las estadísticas de Correpi que informan de más de 40 muertes a manos de la fuerza bonaerense sólo durante la cuarentena. La recurrente práctica criminal de la “maldita policía” no puede sorprender a nadie.

En el caso Facundo, más allá de los compromisos formales por el esclarecimiento de las autoridades políticas de Nación y Provincia, en la Bonaerense abundan las versiones contradictorias, el borrado de teléfonos, la manipulación de pruebas, los testigos que evitan decir que son policías y los aprietes a los familiares de la víctima. Esa montaña de irregularidades no hizo dudar ni un segundo al ministro de Seguridad Sergio Berni, quien sostiene incansablemente la defensa de la fuerza de seguridad, anticipa la identidad del cuerpo e inventa mochilas inexistentes en la escena del crimen (o, más probablemente, en el lugar donde se plantó el cuerpo). Al mismo tiempo, abona la hipótesis de un muy improbable “accidente” y amenaza a los abogados de la familia.

Si ya la Bonaerense venía cebada con la “doctrina Chocobar” impulsada por el Gobierno de Cambiemos, los plenos poderes adquiridos durante la cuarentena llevaron su accionar criminal a un punto límite. De las 40 muertes denunciadas por Correpi, muchas se produjeron en los mismos lugares de detención (además estallados por una sobrepoblación que obliga a lxs detenidxs a soportar condiciones “infrazoológicas”, como denuncian numerosas investigaciones). La intensidad de la represión en un contexto de restricciones sanitarias y con una durísima crisis social que impacta en amplias franjas de nuestro pueblo, multiplica la preocupación ante el discurso de “mano dura” contra la inseguridad, la naturalización de las desapariciones seguidas de muerte y la estigmatización del delincuente como sujeto a eliminar físicamente.

En ese contexto, hacemos grito nuestro rechazo al discurso político que agita la demagogia punitiva como falsa solución para problemas sociales y económicos derivados de la brutal desigualdad que crece día a día, en una Argentina donde la fortuna de los más ricos no paró de incrementarse en la epidemia mientras que las grandes mayorías sociales apenas pueden afrontar el día a día. Por eso eivindicamos la política y la militancia como arma de transformación y rechazamos a quienes buscan fomentar el odio de clase y la guerra de pobres contra pobres.

En este momento de dolor, acompañamos a la familia y amigxs de Facundo y volvemos a exigir Verdad y Justicia. Para ello consideramos fundamental se garantice su más pleno involucramiento en la investigación sobre las circunstancias de la muerte de Facundo, sin funcionarios políticos y judiciales dedicados a mentir y a obstaculizar la investigación. Berni se tiene que ir.

Desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia se convocó a marchar por Facundo y para que se vaya Berni, saliendo a las 16 desde Congreso. En la ciudad de La Plata la convocatoria es a las 12 en la esquina de calles 7 y 50.

#JusticiaPorFacundoCastro
#FueLaBonaerense
#FueraBerni
#ElEstadoEsResponsable

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