Este martes fueron condenados a prisión perpetua los dos policías tucumanos acusados por el asesinato de Facundo Ferreira, el niño de 12 años que fue baleado por la espalda el 8 de marzo de 2018. Pero la condena por homicidio doblemente agravado, con prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme, que implica un mínimo acto de justicia contra el poder criminal de una de las policías más violentas del país, también se vio empañada por nuevas amenazas contra la familia del menor.
La Sala I de la Cámara Conclusional falló contra los policías de Tucumán Mauro Gabriel Díaz Cáceres y Nicolás Javier González Montes de Oca (condenándolos a perpetua por homicidio doblemente agravado por alevosía con el ejercicio abusivo de la función integrantes de la fuerzas de seguridad y por el uso de armas de fuego e incumplimiento de deberes de funcionario público), pero se negó a investigar por encubrimiento a Diego Darío Lescano, entonces oficial principal y hoy subcomisario, que fue denunciado como el responsable de las órdenes para alterar la escena del crimen y encubrir a sus subordinados. La Justicia no es completa en Tucumán, una provincia donde el gobierno provincial del hoy Jefe de Gabinete Juan Manzur respaldó desde el inicio la insostenible versión policial del enfrentamiento armado donde los efectivos habrían actuado en defensa propia y haciéndose cargo de pagar su defensa.
El ministro de Seguridad provincial Claudio Maley coincidió con entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich en que el asesinato por la espalda de un menor de 12 años “no se trató de un caso de gatillo fácil, ya que los agentes actuaron contra un claro ataque y contra una agresión; como es su deber y obligación”. Los dos uniformados realizaron 9 disparos a corta distancia contra el niño. Por suerte algunas cámaras de seguridad permitieron verlos alterando el escenario criminal para que se ajuste a su versión, mientras Facundo agonizaba sin asistencia médica, dando aviso a la Justicia recién una hora y media después de los hechos e ingresando al menor a un hospital con un nombre falso y la declaración falsa de mayoría de edad.
El juez inicial de la causa fue Facundo Maggio, un reconocido defensor de genocidas designado por el propio Manzur, se negó a dictar prisión preventiva contra los dos policías, con lo que Díaz Cáceres siguió en actividad, lo mismo que Montes de Oca, que fue detenido meses después por el robo de una cartera. El año pasado la tía de Facundo, Malvina Ferreira, denunció que el gobernador intentó “hacerlas callar con casas, poniéndonos una panadería”.
Tras el fallo, Malvina Ferreira, tía de Facundo, denunció: “No se arrepienten de nada. Porque les vimos las caras y escuchamos sus palabras. Cuando todas las pruebas indican que fueron ellos, que estaban bajo el efecto de las drogas y que dispararon a quemarropa a un nene que no cometía ningún delito, ellos insisten en ensuciar su nombre, en difamarlo. El hermano de Montes de Oca amenazó a mi hermana en plena sentencia y todos miraron para otro lado”. -Según trascendió, Bautista González Montes de Oca amenazó a Rita Ferreira diciéndole: “Mi hermano está preso pero ya va a salir. Facundo está 3 metros bajo tierra y no sale más. Y a vos te voy a dar un tiro en medio de la frente”.
“Los familiares de los policías hasta quisieron pegarle a la mamá y a la abuela de Facundo. ¿Cómo puede reinar la impunidad? Nosotros, que perdimos a nuestro pequeño, tenemos que soportar las mentiras, las amenazas y hasta la violencia”, añadió Malvina Ferreira, e insistió: “A mí nada de lo que sucede me sorprende porque la Policía de Tucumán nos tiene acostumbrados a esto. En los barrios maltratan a los pibes solo porque son humildes y nadie los defiende. Acá hay gente implicada en el negocio de la droga, todo es corrupción, y el poder político lo sabe. Son cómplices y no se hacen cargo de nada”.
Dando cuenta de la violencia institucional que reina en la provincia de Manzur, concluyó: “A mí nada de lo que sucede me sorprende porque la Policía de Tucumán nos tiene acostumbrados a esto. En los barrios maltratan a los pibes solo porque son humildes y nadie los defiende. Acá hay gente implicada en el negocio de la droga, todo es corrupción, y el poder político lo sabe. Son cómplices y no se hacen cargo de nada”.
La familia de Facundo reconoce que, más allá de que la condena trajo algo de paz después de tres años de impunidad y violencia, siguen atravesando momentos críticos: “Ahora tenemos miedo, no lo vamos a ocultar. Que nos digan que nos van a pegar un tiro en la frente asusta. Pero no vamos a darnos por vencidos. Esto lo hacemos por Facu y por todos los pibes que sufren el maltrato de la policía de Tucumán”.
Hacemos explícita toda nuestra solidaridad con la familia Ferreira y responsabilizamos al gobierno provincial y al actual Jefe de Gabinete Juan Manzur por su seguridad.
¡Basta de gatillo fácil y de violencia institucional contra nuestrxs pibxs!