Las respectivas declaraciones de CAUCE-UBA,  del FPDS Corriente Nacional/Patria Grande y MAREA Popular, MIR/OTR, Frente Popular Darío Santillan y MULCS  frente a las elecciones legislativas del domingo 27 de Octubre

CAUCE-UBA frente a las elecciones legislativas en CABA

 A días de volver a las urnas, queremos expresar nuestro punto de vista respecto de la situación política general y de las expresiones de izquierda en particular, con el objetivo de aportar, y apostar, a la construcción de las izquierdas como referencia para cada vez más sectores de nuestra sociedad.

 Así están los tantos…

 Tras el duro golpe que significó para el gobierno la gran pérdida de caudal de votos, sumado a las dificultades económicas como la inflación y la falta de dólares para afrontar los próximos pagos de la deuda externa, todo parece indicar que la sucesión del kirchnerismo será una variante por derecha. Todo lo que el kirchnerismo pareciera tener para disputar es cuánto podrá o no influir en ese recambio, pero en todos los casos perdiendo la conducción del “aparato justicialista”.

Desde las PASO hasta ahora el gobierno ha necesitado ceder en varios aspectos que hasta antes de las elecciones de agosto parecía no percatarse. La suba (temporaria) del piso del impuesto a las ganancias respondiendo a la demanda de los sectores de trabajadores ocupados, la baja en la ley de imputabilidad intentando dar respuesta a los reclamos por más seguridad y el pedido de un nuevo préstamo al Banco Mundial para poder hacer frente a los próximos vencimientos de la deuda externa, muestran al Gobierno en un momento de debilidad política y con poca perspectiva de poder marcar agenda y reconquistar el nivel de adhesión de 2011 en los dos años de mandato que le quedan.

Las alternativas que se empiezan a construir por fuera del peronismo no parecen tener la capacidad de adhesión suficiente para constituir una fuerza a nivel nacional, y solo despunta en algunos distritos puntuales, como CABA con el PRO y UNEN.

Por otro lado, el realineamiento de la Sociedad Rural Argentina, parte de la Unión Industrial Argentina y buena parte de los gobernadores e intendentes del conurbano tras la candidatura de Massa hacen pensar que la sucesión será hacia la candidatura que pueda acaudillar a todos esos sectores (como en algún momento logró hacer el kirchnerismo) y que los ajustes y devaluaciones que varios de ellos vienen pidiendo serán concedidos tarde o temprano.

Todas estas tensiones se desarrollarán en el proceso de aquí a 2015, en el que el oficialismo podrá tener influencia desde los poderes estatales (el ejecutivo y el legislativo siempre y cuando no tenga fugas de sus legisladores a otros bloques) desde donde ha sabido tener iniciativas de corte progresista con las que ha recuperado adhesión en sus peores momentos, pero que no tiene margen de maniobra para mover los hilos de la economía ni tener diálogo con los sectores del poder económico como tenía en otras épocas.

La izquierda y sus tareas

 Así como señalamos en nuestra declaración previa a las PASO, en muchos distritos el voto a la izquierda se fragmentó, generando un impacto mucho menor del que pudiera haber tenido canalizar en pocas listas la gran adhesión que la izquierda en su conjunto está teniendo en estas elecciones.

Los más de 1millón de votos en todo el país que la izquierda en su conjunto ha capitalizado en las PASO es un dato que requiere de un análisis y dimensionamiento correctos. No es la primera vez desde 1983 a esta parte que la izquierda recibe un grado similar de adhesión en elecciones, y que todas ellas (esta no es la excepción) se dieron en el marco de crisis políticas y/o económicas. Sin embargo, el poder aprovechar estos momentos para elevar el piso de politización y de propagandización de los reclamos de los trabajadores y el pueblo es un acierto que muchas organizaciones compañeras han tenido el reflejo de impulsar.

Conociendo las experiencias pasadas, necesitamos ser igualmente atinados para no echar por tierra esta oportunidad y profundizarla pasado el 27 de octubre próximo. Para ello es necesario que comencemos más conscientemente a construir frentes de unidad en vistas de superar la fragmentación que nos limita nuestras potencialidades. Lejos de plantear un amontonamiento sin cohesión, es necesario que abordemos autocríticamente las construcciones partidarias y organizativas que hemos desarrollado hacia dentro de la izquierda, y empecemos a construir la vocación de construcción conjunta, abandonando el sectarismo y la autoproclamación destructiva.

Como ya hemos dicho innumerables veces, ni la autoconstrucción en detrimento del movimiento ni las alianzas oportunistas nos van a llevar a buen puerto. Como organizaciones de izquierda, entre las que nos incluímos, debemos volcar nuestros mayores esfuerzos en comenzar a construir lazos fuertes en la práctica cotidiana y puentes firmes para el debate fraterno, para lograr avanzar en la unidad que necesitamos y no volver atrás en los pisos más altos que esta coyuntura nos permite construir en la larga y ardua tarea de transformar radicalmente esta sociedad.

Nuestra apuesta en estas elecciones

 Las elecciones del próximo 27 de octubre son un momento más en la tarea de construir esta alternativa anticapitalista del conjunto de la izquierda que anhelamos. Las campañas y los resultados de las PASO en general, y en CABA en particular, han dejado de manifiesto algunas conclusiones que queremos compartir.

Sin duda alguna, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) se ha constituido como la referencia de izquierda a nivel nacional, con una muy buena performance electoral que celebramos. Creemos que es una buena noticia para el campo popular que se pueda conformar un bloque de diputados de izquierda en el Congreso, y que es necesario que más allá de la referencia del FIT, esas bancas sean puestas al servicio de las organizaciones y militantes populares, canalizando allí de la forma más democrática posible nuestras reivindicaciones, denuncias e iniciativas. A su vez, creemos que es un desafío que el mismo FIT debe asumir el comenzar un proceso de mayor unidad entre las expresiones partidarias que lo componen y a su vez que pueda contener a otras expresiones similares para empezar a superar nuestro problema de la fragmentación.

La campaña electoral del FIT, si bien se ha amoldado en ciertos aspectos a las campañas electorales de los partidos tradicionales (como ser el caso del personalismo), ha sido una herramienta efectiva para instalar ciertas reivindicaciones de los trabajadores y el pueblo, y que claramente ha sido uno de los elementos clave para el buen desempeño del FIT en particular y de la izquierda en general.

Por otro lado, el muy buen desempeño electoral de Autodeterminación y Libertad (AyL) con la candidatura de Luis Zamora nos merece también detenernos en su campaña electoral. La apuesta por la auto-organización del pueblo trabajador para su emancipación es un eje estratégico que compartimos fuertemente con la campaña por ellos desarrollada. Creemos que las organizaciones políticas deben ser el motor de esos procesos de auto-organización, y que las campañas electorales son un momento en el que la crítica a la representación pasiva no se puede omitir. A pesar de que buena parte del sustento electoral de AyL tiene su peso en la referencia de Luis Zamora, valoramos la iniciativa de su organización a construir junto con nosotros las distintas campañas político-reivindicativas que hemos llevado adelante en el último tiempo, como forma de encontrarnos en la calle con distintas organizaciones compañeras y con la voluntad de hacer un aporte a la necesaria unidad y confluencia de las izquierdas.

 Entendemos que el próximo 27 de octubre es necesario que la referencia de izquierda sea claramente capitalizada por las expresiones que plantean abiertamente una alternativa anticapitalista, como única opción para elevar el piso de politización de las masas y propagandización de las reivindicaciones de los sectores populares. Creemos que en CABA las listas que aportan a ese proceso son la del Frente de Izquierda y de los Trabajadores y la de Autodeterminación y Libertad. Por ello hacemos un llamado a votar a esas listas en la Ciudad de Buenos Aires y a apoyar todas las listas que se expresen de manera similar en todo el resto del país.

Elecciones Octubre 2013. Declaración de la Organización Política La Caldera

¿Cuándo la democracia representativa será un problema para el capitalismo?
Pasaron las segundas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en el país desde que se instaló este sistema y nos dejaron algunas conclusiones. El kirchnerismo no consiguió el resultado esperado para impulsar la posibilidad de reelección de Cristina Fernández, y en algunos distritos como Buenos Aires cosechó una dura derrota ante Massa. Asimismo, a pesar de que no logró los resultados esperados, y  que bajó considerablemente su caudal de votos global, no está en crisis que pueda renovar las bancas que pone en juego en esta elección a nivel nacional.
Sin embargo, hay otros aspectos que dejaron estas elecciones que no fueron cuestionados con fuerza durante la campaña, sino que hasta fueron naturalizadas: en primer lugar la existencia de las PASO con su piso proscriptivo del 1,5% del padrón, que si bien fue superado en general por las alternativas de izquierda, dejó afuera en varios distritos a algunas fuerzas (al igual que en 2011). En segundo lugar (y es lo más relevante) sólo Autodeterminación y Libertad (AyL), y en menor medida otras opciones de la nueva izquierda como el Frente Ciudad Futura, pusieron en cuestión a la democracia representativa como tal, promoviendo por encima de ella formas más genuinamente democráticas.
Los resultados de la izquierda en las PASO
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) formado por el Partido Obrero (PO) Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) e Izquierda Socialista (IS) se presentó en 19 distritos y logró casi duplicar los votos conseguidos en 2011 al llegar a poco más de 900.000 sufragios. Resultados destacados en Salta (11,78%), Jujuy (9,39%) y Mendoza (7,61%). El Nuevo Más consiguió 100.000 votos en total en las provincias que se presentó mientras que Autodeterminación y Libertad en CABA obtuvo más de 60.000 votos. Más de un millón de votos para las fuerzas anticapitalistas y socialistas que se presentaron en las PASO.
Dos meses antes de la rebelión popular de 2001, cifras cercanas se obtenían en donde globalmente Izquierda Unida, el frente PO-MAS-Latendorf, AyL, y el PTS alcanzaron los 1.200.000 votos y accedieron a algunas bancas.
El actual crecimiento electoral no se da en una etapa de crisis o de ascenso marcado de la lucha de clases. Este aumento de caudal de votos es positivo ya que es innegable que es necesaria la presencia parlamentaria de sectores clasistas en el congreso nacional, aunque seguimos sosteniendo -como dijimos antes de las PASO-, que el FIT expresa un acuerdo por arriba, un frente meramente electoral de fuerzas que no construyen una política en común en casi ningún frente de acción, a pesar de haber desarrollado cierta inserción por separado en sectores de los trabajadores y las trabajadoras. Basta repasar sus propias publicaciones e incluso el trabajo por separado en campaña con referencias a los candidatos/as del PO y PTS para que se evidencie lo que afirmamos.
Los frentes en los que participan fuerzas de nueva izquierda, tuvieron resultados aceptables pasando todos el piso de las primarias: Frente Ciudad Futura (Rosario), Patria Grande + Unión del Pueblo (La Plata) y  Camino Popular (CABA). Algunos de estos frentes no han logrado unir, en el enunciado de sus propuestas, un articulado programático con un horizonte anticapitalista.  Otros, en cambio, plantean un horizonte de cambio social, de construcción de una sociedad nueva, a la vez que apuntan en distinta medida a promover formas de participación que no se limiten a la estructura y la lógica de la democracia representativa.
  ¿La izquierda es el FIT?
No coincidimos con el referente del PO Jorge Altamira cuando dice  “la conclusión política que se desprende de esta elección es que la izquierda argentina es el FIT”.  La autorreferencia no puede desconocer que hay en el país muchas organizaciones políticas, de base y militantes que no están en el FIT por diferentes razones y no se pueden hacer afirmaciones que se emparentan bastante al discurso que el propio kirchnerismo  tiene cuando se dice “con nosotros o con la derecha”. La participación independiente de la clase trabajadora que se organiza va más allá del PO o el FIT.
Las elecciones son un momento de disputa de sentido común y es importante el crecimiento del caudal de votantes que demuestra que hay sectores que vuelcan su voto a la izquierda anticapitalista.
Como decíamos antes de las PASO la campaña del FIT tuvo el aspecto negativo de hacer eje en reformas parciales sin subrayar la ligazón de ello con el protagonismo popular y la necesidad de desarrollar organizaciones democráticas de masas que le den cauce en una proyección anticapitalista. A su vez, el énfasis que pone el FIT en elegir representantes de izquierda en cargos estatales no sólo va en desmedro del llamado al protagonismo popular, sino que además –y en el mismo sentido- el trabajo que hacen en la base los distintos partidos del FIT (cada uno por su lado) es un trabajo más enfocado en la acumulación partidaria que en la construcción de organismos democráticos de masas.
La nueva izquierda.
En este sentido mantenemos nuestro análisis previo a las últimas PASO. Comprobamos, como decíamos anteriormente, que ese sector de la nueva izquierda corre el riesgo de subordinarse en frentes que se alejan de una política anticapitalista, a favor de un eje más antineoliberal y limitadamente antiimperialista, realizando en el caso de Marea Popular alianzas con sectores de la llamada “centro izquierda” que han demostrado reiteradamente sus limitaciones para construir una alternativa real y duradera de transformación de las condiciones de vida de los sectores populares.
Nos parece importante remarcar la convocatoria a esas fuerzas a que podamos realizar acciones de unidad concreta más allá de las decisiones electorales, con una orientación anticapitalista, antipatriarcal y antiimperialista.
 Sigamos construyendo protagonismo popular.
En estas elecciones legislativas, y a pesar de las críticas señaladas más arriba,  y ante las posibilidades reales de lograr bancas en el congresollamamos a apoyar con el voto a algunas de las listas de izquierda anticapitalista que se presentan en el país y en CABA. Apuntando a que estas posibles bancas sean utilizadas para reforzar la totalidad de la lucha de los trabajadores y las trabajadoras, y llamando a que no sea sólo una “chapa” partidaria, al tiempo que se ponga en cuestión el carácter contradictorio de la disputa parlamentaria, en donde la participación real de los trabajadores queda reducida al mínimo.
El norte estratégico de un socialismo desde abajo por el cual peleamos entra en tensión con la normalización institucional a la que lleva la democracia representativa. Por ello, debemos aprovechar estas experiencias electorales de fuerzas cercanas para reflexionar colectivamente cómo y en qué medida puede plantearse una participación electoral de fuerzas populares en un sentido disruptivo y transformador.
Hacemos esta crítica partiendo de reconocer que no hemos construido todavía las condiciones para que, desde la nueva izquierda socialista, anticapitalista y antipatriarcal, participemos de elecciones.
No eludimos la necesidad de crecer nacionalmente y al mismo tiempo darnos el debate de la intervención electoral, aunque es necesario un camino en común que construya algo más que un mero frente electoral en busca de referencia y alguna banca. Hay iniciativas políticas de masas que podemos transitar en este camino y a las que apostamos que se desarrollen y sean las parteras de una genuina unidad de quienes planteamos una transformación radical de la sociedad, sin sectarismos, pero tampoco de la mano del oportunismo.
En este sentido consideramos un avance las acciones que apuntan a instalar una agenda popular que cuestione al sistema y proponga vías para su superación, tal como las jornadas contra la precarización, las luchas contra el extractivismo y la campaña contra las violencias hacia las mujeres, entre muchas otras iniciativas más grandes o más pequeñas.
No abandonaremos nuestra búsqueda de construir una democracia de base que pueda ser la auténtica instancia soberana ante la que tengan que subordinarse los/las representantes. Porque, en definitiva, sólo una democracia en la cual efectivamente ejerzamos el poder como pueblo trabajador hará posible el mundo que soñamos.
 Asumimos esta tarea de construir las condiciones para que la democracia representativa sea un problema para el capitalismo y una palanca para la acción transformadora.
 
“RESPETO LA AUTORIDAD CUANDO NACE DE NOSOTRXS, PERO SÍ QUE ME RETOBO CUANDO MANDAN UNOS POCXS”
Organización Política La Caldera
Octubre de 2013

 
 
 

Declaración del FPDS Corriente Nacional/Patria Grande y MAREA Popular

Hacia octubre: desafíos electorales y tareas para el nuevo escenario

Como primera cuestión, resulta evidente afirmar que el principal perdedor de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) fue el kirchnerismo. A su vez, las opciones que más crecieron se paran a su derecha: sea en la versión del PJ opositor garante de algunos de los pilares del “modelo” pero con una orientación moderada (cuya cara más visible es Massa) o en la variante republicana que se nuclea en el espacio UCR-PS-UNEN. Junto con el PRO, estos sectores expresan un imaginario conservador impulsado por los grandes medios de comunicación, pero que también logró importantes grados de masividad en algunos cacerolazos; cuya característica es levantar una agenda que tiene como puntos principales la inseguridad, la corrupción y el autoritarismo del gobierno. El tercer dato es que, en un marco de creciente insatisfacción y desgaste del oficialismo, una parte de ese descontento se manifestó por izquierda.

El factor determinante ha sido el estancamiento y el retroceso del kirchnerismo como forma de construcción política y orientación de la política económica. El retroceso electoral respecto de 2011 es la expresión de ese proceso más general, cuyas raíces se encuentran en los propios límites del “modelo”: la inflación, el colapso del sistema de transporte, el déficit habitacional y la incapacidad para resolver la precarización e informalidad de buena parte de la clase trabajadora. No hay que perder de vista la repercusión de estos fenómenos en la calidad de vida de los sectores populares, porque dan cuenta de que, junto a la menor holgura de las cuentas públicas para desplegar políticas sociales audaces, en los barrios populares se vive cada vez peor.

A la persistencia de estas grandes falencias estructurales, se debe agregar la pérdida de bases de poder real por parte del FPV, siendo los casos paradigmáticos la apuesta de la UIA (Unión Industrial Argentina) por Massa o el sugestivo “silencio” de la CGT (cada vez menos) oficial.

Un nuevo escenario

En este punto, existe la tentación de trazar un paralelo con el resurgimiento kirchnerista que le siguió al retroceso que significaron la crisis del campo y las elecciones de 2009. Pero si comparamos uno y otro momento, aparecen elementos que entonces estaban ausentes. Al desgaste propio del modelo arriba mencionado, debemos agregar, por un lado, la emergencia de la figura de Massa, desde el interior del peronismo con capacidad de colocarse a la cabeza de un espacio político y social opositor (donde ya están jugando importantes actores empresariales que ven allí una versión más “previsible” del modelo) y, por tanto, con posibilidades ciertas de disputar la presidencia en 2015, y por otro, la debilidad que supone, para un proyecto tan centrado en el papel dirigente de una figura, la imposibilidad de reelección de Cristina en 2015.

Es el propio Gobierno quien ha tomado nota de la nueva situación si analizamos las medidas adoptadas en las semanas posteriores a las primarias. Sacando la modificación al impuesto a las ganancias (una demanda sindical pero que apareció en las plataformas de fuerzas diversas, incluyendo la de Massa), el resto de las medidas por ahora responden a la agenda regresiva que vienen promoviendo los grandes medios de comunicación y la oposición por derecha. El envío de miles de gendarmes a patrullar la Provincia de Buenos Aires, el nombramiento de Granados (ícono de la “mano dura” como hombre fuerte de Ezeiza) en la cartera de Seguridad de ese distrito y la disposición de Insaurralde a promover la baja de edad de imputabilidad son medidas que van en ese sentido.

Así, si bien habrá que ver qué pasa con la iniciativa del kirchnerismo después de octubre, en estas semanas ha incorporado una conducta novedosa: conceder legitimidad ya no sólo a reclamos puntuales de la oposición, sino también al imaginario que sustenta esos reclamos. Eso es un dato que deja huellas más allá de una campaña electoral, ya que pone en cuestión la épica kirchnerista sobre la cual se basa buena parte de su forma de acumulación política.

Por otra parte, el voto a las izquierdas también habla de un cambio de escenario. En primer lugar porque es un resultado inédito en la última década, comparable solamente con el desempeño demostrado en 1989 y 2001. Segundo, porque ha canalizado un voto de descontento y desencanto hacia los partidos tradicionales. Tercero, porque también responde a la crisis de propuestas ubicables en la centro-izquierda (Proyecto Sur, Nuevo Encuentro, FAP, etc.).

Por último, otra cuestión significativa de las PASO es la irrupción -aún fragmentada- de opciones electorales construidas desde los movimientos que nos enmarcamos en una nueva izquierda popular y latinoamericana. El balance de este primer paso en la arena electoral ha sido muy positivo no sólo porque en todos los casos hemos logrado superar las primarias, sino fundamentalmente porque expresan el primer paso, fruto de años de debates, y una firme convicción de avanzar hacia la construcción de una alternativa de país en todos los planos.

Nuestras apuestas

Otra vez en octubre las principales opciones se ubican a la derecha del kirchnerismo, tanto en lo político como en lo económico. Las diversas variantes del PJ no kirchnerista de Massa, De Narváez y De la Sota; la nueva derecha PRO; la reedición de la Alianza entre el PS de Binner y la UCR,  Stolbizer, y los desvaríos oportunistas de Pino o Donda, son apuestas retardatarias y conservadoras. En este escenario está claro que quiénes apostamos a un proyecto popular y emancipatorio debemos seguir en una dura pelea.

A pesar de la importante acumulación lograda en estos años por centenares de organizaciones populares, sindicales, estudiantiles, ambientales, etc., las alternativas de poder por fuera de las construcciones tradicionales aún son germinales. Lo importante es que varias experiencias militantes hemos empezado a recorrer este camino, y las PASO dieron cuenta de su potencialidad. Son pequeños emergentes aún, pero de una importancia incalculable.

En la Ciudad de Buenos Aires, desde MAREA Popular somos protagonistas de Camino Popular, frente que compartimos junto a otras agrupaciones de esta nueva izquierda. En agosto, logramos superar las PASO con holgura y conquistar 41 mil votos para Itai Hagman.

En La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, desde el Frente Popular Darío Santillán – CN, hemos lanzado PATRIA Grande, y en el marco del Frente Ciudad Nueva, del que participan también varias agrupaciones de esta nueva izquierda, hemos logrado superar el 4% de los votos, resultado que nos deja expectantes en la pelea por un Concejal este 27 de octubre.

En otros puntos del país también se han presentado nuevas alternativas surgidas del movimiento popular, que en todos los casos han superado el piso del 1,5%: en Lujan (Pcia. de Buenos Aires) desde MAREA Popular hemos conseguido más del 3%; en Rosario (Pcia de Santa Fe) el Frente para la Ciudad Futura ha conseguido el 1,9% y el Frente del Pueblo Sur, espacio que cuenta con el apoyo de Carlos del Frade, el 2%; en la Provincia de Jujuy, también en su primera presentación, el Partido por un Pueblo Unido encabezado por Luciana Santillán y Gabriela Arroyo ha superado el 3% de los votos. Por último, el Movimiento Solidario Popular, que lleva a Oscar Martínez, dirigente de la UOM de Tierra del Fuego como candidato a diputado nacional, ha hecho una extraordinaria elección, llegando a octubre con posibilidades de disputar un lugar en el Congreso.

Estas experiencias reafirman la convicción de que nuestro pueblo está buscando alternativas que estén alejadas de las viejas formas de hacer política, y la necesidad de trabajar desde ahora para estar a la altura de las circunstancias. En el corto plazo, tenemos la tarea de apoyar estas intervenciones, y poner los mayores esfuerzos para que puedan florecer muchas más.

Si bien venimos dando pasos firmes en esta orientación, lamentablemente desde las organizaciones populares aún no hemos logrado forjar una nueva alternativa de alcance nacional.  Aún así, desde el FPDS-CN/PATRIA Grande y MAREA Popular llamamos a no apoyar a los partidos tradicionales que vienen gobernando el país desde el 83 a esta parte. Llamamos a no votar a los que nos imponen bajos salarios, precarización, transporte deficiente y falta de vivienda. Llamamos a no alimentar salidas reaccionarias que sólo empeoraran la vida del pueblo trabajador, sino a apoyar las alternativas por izquierda existentes al actual modelo.

Por último, nuestras experiencias se piensan como un aporte a la construcción de una izquierda nueva, emancipada de viejos dogmatismos, alejada del sectarismo y el oportunismo electoral que ha marcado la mayor parte de las experiencias de izquierda tradicional en nuestro país. Y en este sentido, los desafíos no se agotan en octubre. Se hace fundamental que estos primeros pasos los orientemos hacia el desarrollo nacional de una izquierda nueva, democrática, popular, socialista y con vocación de poder en los próximos años; de una fuerza con anclaje social que no sólo de cuenta de los problemas de los sectores populares sino que exprese en su discurso y en su práctica un proyecto de país alternativo. Una izquierda nueva que se proponga desde hoy la construcción de una alternativa popular superadora al kirchnerismo, y garantice que no nos vuelvan a llevar al pasado.

Nuestro compromiso es seguir dedicando los esfuerzos a la construcción de una alternativa nacional con mayores grados de unidad para el futuro inmediato. Aprendiendo y dialogando con los desafíos planteados que tienen los procesos de cambio hoy en curso, en los que el protagonismo popular se vuelve herramienta fundamental para avanzar en la conquista de una definitiva independencia.

 

Declaración de Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) / Organización de Trabajadores Revolucionarios (OTR)

“ANTE EL PROCESO ELECTORAL, VOTAMOS AL FIT Y APOSTAMOS A LA LUCHA DEL PUEBLO TRABAJADOR”

Las elecciones de este próximo 27 de octubre son un escenario centrado en la disputa de distintas expresiones patronales, que buscan fortalecer su posición de cara a las elecciones nacionales de 2015. Ninguna de ellas expresa una alternativa para nuestro pueblo trabajador.
El kirchnerismo, más allá de su gastado perfil progresista, ha dejado en evidencia que sigue gobernando para los grandes grupos económicos, apoyando las iniciativas de Chevrón y de Monsanto y actualizando el pago de la deuda externa, al tiempo que nuestro pueblo sigue sufriendo el trabajo en negro, la inflación, la degradación de la salud y la educación pública. Además, su apoyo en la figura de Daniel Scioli no hace más que ratificar una perspectiva cada vez más antipopular.
Por su parte los sectores de oposición, no representan ninguna alternativa que vaya a mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo.
Serigio Massa a la cabeza, o el devaluado De Narváez, quieren reeditar un peronismo más abiertamente conservador, defensor del ajuste y la mano dura, que integre a los grupos económicos y la burocracia que se han distanciado del gobierno. Son una opción que busca un paulatino camino hacia la derecha. Ni que hablar de Macri, con menos posibilidades electorales a nivel nacional, pero que ahora busca acumular sus propias fuerzas para sumarse a un armado en esa orientación para 2015.
Otros, con la UCR, el PS y sus aliados eventuales, buscan reeditar la nefasta Alianza que, en nombre del progresismo, gobernó para el empresariado y llevó a la crisis al país. Ya los echamos con la movilización en el 2001 para que no vuelvan.
A su vez, tampoco representan una alternativa viable las listas de centroizquierda que se han armado entorno a la Unidad Popular de De Gennaro y Lozano (responsables de las políticas burocráticas de la CTA, antiguos adherentes a la Alianza y el primer kirchnerismo y luego impulsores del FAP), a las que se han sumado distintas organizaciones populares y de la izquierda.
En este marco, este 27 de octubre en Buenos Aires y CABA, apoyamos y llamamos a votar al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) para sus candidaturas a diputados nacionales y provinciales. Lo hacemos porque, más allá de nuestras críticas a las organizaciones que lo componen y al propio frente, consideramos que presenta un programa que levanta reivindicaciones sensibles a los intereses del pueblo trabajador, a la vez de la importancia de hacer visible una referencia anticapitalista frente a los candidatos patronales.
Por supuesto, sabemos que las elecciones pueden ser un ámbito táctico de acumulación de fuerzas, pero que no será a través de las urnas donde nuestro pueblo encontrará las soluciones a los problemas de fondo que nos aquejan. Pese a los discursos de la década ganada, las necesidades abundan: trabajo y salarios dignos, vivienda, salud, educación, defensa de los recursos naturales, respeto a la diversidad cultural y sexual, etc. Por eso, consideramos que tenemos como tarea fundamental profundizar nuestras legítimas luchas para avanzar en la acumulación de fuerzas por abajo, enfrentando las políticas antipopulares y generando procesos de organización cada vez más importantes.
Por ese camino vamos, el de la acumulación de poder obrero y popular, enfrentando a patrones, burócratas y políticos afines, para construir un proyecto revolucionario de los trabajadores y el pueblo.

 

Declaración del Frente Popular Darío Santillan

 Demostrar que se puede hacer distinto

FRENTE PARA LA CIUDAD FUTURA (FCF)

 “Vamos a cambiar Rosario. Aproximaciones a una nueva experiencia político-electoral.”

Desde hace algunos años, un conjunto de organizaciones político-sociales que emplazamos nuestras construcciones en lo que genéricamente podemos denominar “Izquierda Independiente”, venimos trajinando un fuerte debate en relación a la participación institucional-electoral. Un debate que si bien se lo mira no es precisamente nuevo, pero que a nosotros, organizaciones y colectivos herederas de las calurosas jornadas de 2001, nos urge pensarlo con creatividad. Decimos que no es nuevo porque pueden rastrearse experiencias varias en nuestro país, así como más recientemente también podemos valorar distintas experiencias en América Latina. Así y todo, nos toca pensarlo en forma situada, con originalidad y ajustado a las condiciones particulares y las relaciones de fuerza que vivimos hoy en nuestro país

 En este sentido, no podemos soslayar que atravesamos una etapa que nos convoca a pensar la construcción y proyección de nuestra política en forma integral, asumiendo la necesidad de dar batalla en todos los planos de intervención, pero sin escindir nuestros valiosísimos trabajos de base de la necesaria proyección política, con la voluntad de interpelar al conjunto mayoritario de la sociedad, con la generosa vocación de compartir una agenda alternativa de cambios estructurales.

Desde estas coordenadas es que asumimos nuestro primer desafío en un terreno tan esquivo como inexplorado, al cobijo de una pretenciosa ambición: demostrar que podemos hacerlo distinto, que la irrupción de un proyecto alternativo en la disputa institucional no necesariamente amerita incorporar la tentación por los atajos, y, fundamentalmente, que nuestras construcciones concretas en el trajín de lo cotidiano son la mejor herramienta para expresar esa alternativa y para afirmarnos en una certeza que nos acompañó durante todo este tiempo: lo social y lo político son planos inescindibles. Que el reaseguro de esa afirmación pueda cualqueira constatarlo en una campaña electoral no es poca cosa. “No decimos lo que hay que hacer, comentamos lo que ya venimos haciendo y queremos convidar esa experiencia, hacerla extensiva al conjunto de la sociedad”: esta es una frase que marca a fuego a la militancia del Frente para la Ciudad Futura (FCF), sencillamente porque quienes la evocan son/somos los protagonistas de esta construcción colectiva, son/somos quienes además de afrontar la intensidad de una campaña, le ponemos el cuerpo al territorio cotidianamente para sostener los Bachilleratos Populares, las Cooperativas de trabajo, y una larga lista de etcéteras. En suma, porque el Frente para la Ciudad Futura supera con creces a una mera alianza electoral, convencidos de que no habrá cambios estructurales sin un pueblo organizado que los sustente. Es la expresión de años de militancia y de realizaciones concretas y honestas, el testimonio de un proyecto que además de denunciar e impugnar los aspectos más injustos del sistema, propone una alternativa y la construye en nuestros territorios: al déficit habitacional y la especulación inmobiliaria le oponemos nuevos prototipos de vivienda y el impulso de proyectos como la ordenanza del “Ya Basta”, que prohíbe la construcción de urbanizaciones cerradas; al enorme drama de tanta muerte joven provocada por el entramado de complicidades del narcotráfico le oponemos Bachilleratos Populares, recuperación de clubes y ámbitos laborales-cooperativos para convocar a la pibada a construir una identidad y un futuro bien lejos de la violencia y la desolación. En fin, proponemos una alternativa arraigada en nuestra militancia cotidiana, en la necesidad de amplificar y profundizar estas experiencias, porque claramente constituyen el lugar de enunciación más genuino para fomentar los debates estructurales que no se hubieran dado sin la lucha insistente de nuestros Movimientos.

No es otra cosa la construcción de nuestra “Agenda Política 2013-2015” (http://rosariocambia.com.ar/?portfolio_165=04-agenda-politca-2). Allí están los pasos a seguir, hay un rumbo definido, pero no sólo para los concejales que potencialmente puedan resultar electos, sino para la fuerza política toda. Para el conjunto de la militancia del Frente para la Ciudad Futura, que se ha propuesto el humilde objetivo de compartir, debatir y construir otro modelo de ciudad posible, nuestro modelo de ciudad posible, que es futura pero ya la estamos construyendo, viviendo, todos los días. De hecho, no es gratuito que esa Agenda Política esté estructurada en cinco Frentes de Construcción, precisamente los cinco frentes que el Comandante Chávez haya propuesto para la construcción de las Comunas y el Socialismo del Siglo XXI en Venezuela.

Por todo ello, tenemos un desafío, un deber. El desafío de construir algo genuina y verdaderamente distinto, anclado en la militancia cotidiana y proyectado desde ahí, con la capacidad de interpelar a muchos, a miles, por ahora, esperando que en un futuro puedan ser millones. El desafío de que esta nueva izquierda, izquierda independiente o denominación que más agrade, se constituya en la alternativa que muchos esperan, que tantos desean. Y, por sobre todas las cosas, el deber de que no fracase, que no colabore a la cultura de la resignación y la impotencia practicando los atajos tan mentados por los cultores del “siempre lo mismo, más de lo mismo”.

Demostrar que la estructuración de una nueva cultura política de izquierda, arraigada en una ética de construcción inquebrantable, es tan posible como necesaria, y que en Rosario ya lo estamos haciendo.

 

Declaración de MULCS

Un voto por abajo y a la izquierda.

En el movimiento obrero y popular carecemos de una propuesta de carácter general que permita generar mejores condiciones para una política de unidad de clase, que, combinada con la construcción cotidiana y la lucha antisistema contribuya  a visibilizar ante importantes sectores de masas una alternativa política liberadora.

Esto hace que nuevamente  lleguemos a una elección nacional sin haber sido capaces de presentar una alternativa electoral que unifique a las fuerzas políticas antiimperialistas y anticapitalistas en una herramienta política amplia, popular, democrática y participativa, que sea la continuación del  proceso abierto en nuestro continente por los países del ALBA.

En nuestra opinión, la ausencia de esta alternativa política está ligada a que aún no hemos sabido, en el seno de la izquierda -con aspiraciones revolucionarias- dotarnos de un proyecto nacional de transformación radical de la sociedad; es por ello que entendemos que hacia allí deben dirigirse nuestros esfuerzos de aquí en adelante.

El revés del gobierno en las PASO

Las elecciones del 11 de agosto significaron un duro golpe para el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El kirchnerismo, en lo que parece ser su fin de ciclo, lejos de apoyarse en los trabajadores y el pueblo para enfrentar a las trasnacionales y al imperialismo, por el contrario apelando a un discurso nacional y popular, gobierna en lo esencial para los poderosos.

Esa política, tiene  su reflejo en la realidad cotidiana, que se materializa en  las crecientes dificultades en el nivel de vida y de trabajo de los más amplios sectores populares  y sin duda impulsó el descontento que se materializó en un voto castigo al gobierno nacional.

El creciente alza del costo de la vida, hace que los acuerdos salariales pierdan la capacidad efectiva que suponen los porcentajes alcanzados en paritarias. El impuesto a las ganancias significaba que más de 1,5 millones de trabajadores/as debíamos  aportar importantes sumas al fisco, que una buena parte de los trabajadores ocupados no percibamos asignaciones familiares, sumado a que el 50% de los trabajadores/as ocupados ganamos la mitad de lo que efectivamente cuesta la canasta básica familiar.

Somos el 34,5% de trabajadores/as en negro, muchos de ellos en dependencias estatales, que ni siquiera obtenemos los aumentos salariales en paritarias, ganando menos que los trabajadores en blanco, sumado al hecho de que no contamos con beneficios sociales de ningún tipo.

Muchísimos trabajadores/as seguimos estando desocupados (más del 7% reconocido por las estadísticas oficiales), y los casi 20% de trabajadores que estamos subocupados, incluidos quienes somos beneficiarios de los planes sociales, y dentro de ellos  quienes  somos trabajadores/as cooperativistas. Somos millones de jubilados/as, casi el 80% del total, que apenas percibimos 2.300 por mes.

Este breve repaso indica que, si bien no estamos en momentos como la crisis del 2001/2, la inmensa mayoría de los que conformamos la población trabajadora tenemos que hacer malabares para vivir.

Este gobierno es un  pagador serial de la escandalosa y fraudulenta deuda externa; en 10 años del kirchnerismo se han pagado más de 173 mil millones de dólares.

Efectúa acuerdos secretos con trasnacionales como Chevron y Dow Chemical para la explotación del petróleo y el gas no convencional, depredador del medio ambiente. Lejos estamos con el gobierno de una YPF 100% estatal y pública, que en vez de servir como plataforma de negocios para las trasnacionales, haga acuerdos con nuestros hermanos países de América Latina en una propuesta integradora y antimonopólica.

En tanto, mientras realizan anuncios rimbombantes en materia ferroviaria, el gobierno continúa con su política de responsabilizar a los trabajadores del sector por los accidentes. No sólo no se ha investigado a TBA, Roggio, Romero y otros empresarios del área. Además en este momento que están pasando los ferrocarriles a la administración del Estado, los empresarios no han rendido ningún tipo de cuentas por el daño causado a los ferrocarriles argentinos y se retiran del negocio  como si no tuvieran ninguna responsabilidad en el colapso del sistema. Mientras esto sucede, crece la sospecha de que desde el gobierno se está encubriendo esa retirada, ya que el Ministerio de Transporte hasta el día de hoy no efectuó ningún informe o auditoría para saber el estado en que quedó el patrimonio ferroviario concesionado.

Tampoco se aborda la búsqueda de los responsables reales de los negocios del narcotráfico y la trata de personas. Peor aún todos los días aparecen informaciones inocultables de la connivencia entre las policías y los narcos. Tampoco se investiga el circuito financiero que lava el dinero de la droga.

En tono con los nuevos vientos en la Iglesia con la designación del nuevo Papa, se aleja la perspectiva de la legalización del aborto.

Al mismo tiempo que se mantiene en vigencia la ley antiterrorista y en sintonía con el marcado giro hacia la derecha, la presidenta de la Nación ha designado al general César Milani como jefe del Ejército Argentino. Un hombre de inteligencia del arma que está implicado en hechos de represión en los 70. Paralelamente otro militar, el teniente coronel retirado Sergio Berni, es el secretario de Seguridad de la Nación, pide  a gritos que le otorguen los instrumentos necesarios para reprimir las movilizaciones de los/as trabajadores y sectores populares en lucha por sus derechos.

A todo esto hay que agregar que para congraciarse con los sectores que piden mano dura frente al tema de la “inseguridad” bendice la designación de Granados como responsable de Seguridad en la Provincia de Buenos Aires, y su delfín Martín Insaurralde propone la baja de la imputabilidad de los menores.

En tanto continúan los ataques y crímenes a los hermanos Qom, o a los pueblos que enfrentan la megaminería a cielo abierto y el agronegocio. Como sucedió en estos días con la represión en Malvinas Argentinas con los/as compañeros/as que bloqueaban la fábrica de la trasnacional de la muerte, Monsanto.

En el combo de las cifras económicas negativas que impactan en nuestras condiciones de vida, y las medidas políticas y sociales que favorecen a las clases dominantes y el capital más concentrado está la explicación del  descontento de millones de argentinos y  argentinas que optaron por castigar al gobierno. Y en muchos casos optaron por propuestas de la burguesía que se ubican a la derecha del gobierno nacional.

No obstante esa fracción de nuestra clase no ha dado un cheque en blanco a políticos de la talla de Massa, que se han cuidado de decir que no van a dejar atrás los aspectos positivos de las políticas sociales del gobierno actual.

La derrota electoral del gobierno nos ha mostrado a los trabajadores/as que  no es invencible. Incluso muchos/as sienten como una victoria la modificación del impuesto a las ganancias y de los topes para las asignaciones familiares que se operaron con posterioridad a la derrota del 11 de agosto; que si bien no apuntan al fondo del problema, significan en los próximos meses un alivio en los bolsillos de importantes franjas de los/as trabajadores ocupados/as.

Propuestas a la derecha del gobierno

Como afirmamos antes del 11 de agosto las clases dominantes en nuestro país se encuentran divididas en materia electoral, y a pesar que sus sectores hegemónicos “se la llevaron con pala y se la siguen llevando”, no tienen en el gobierno al sector más afín. Los roces de éste con el imperialismo, con sus socios de la Alianza del Pacífico y con grupos empresarios locales que no toleran sus buenas relaciones con los países y gobiernos del ALBA, llevan a buena parte de la burguesía a buscar un recambio claramente “a la derecha” del actual equipo gobernante.

Aparentemente, el elegido del establishment sería Sergio Massa –actual intendente de Tigre y candidato del Frente Renovador – que ha obtenido hasta el momento el primer lugar en las preferencias del bloque dominante. Aunque de caras al 2015 deberá disputar con otros personajes como el actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quién se probará el traje presidencial a partir del 2015.  No es casualidad que las mejores espadas de la derecha y el imperialismo provengan del aparato del PJ. Es que en la actualidad es la única fuerza política capaz de asegurar la gobernabilidad capitalista.

La oposición al gobierno

En tanto la oferta electoral opositora, que va de la centro-derecha a la derecha más acérrima, mezcla a personajes que otrora defendieron un programa “nacional y popular”  con aquellos que no han dudado en organizar encuentros de fundaciones fascistas internacionales en nuestro país. Por su parte Scioli o Massa -que buscan unificar el aparato del PJ detrás de su propio proyecto personal- son tan de derecha como Mauricio Macri, el líder indiscutido de lo más rancia oligarquía de nuestro país. Fracción que también tiene buenas relaciones con un rejunte oportunista solo comparable a la nefasta Alianza, uno de cuyos exponentes más notorios (el pseudo socialista Binner), no dudó en expresar sus simpatías al fascista venezolano Capriles.

Ante ese panorama no hay duda alguna, ni el gobierno ni aquellos que están a su derecha nos representan. Aun cuando éstas circunstancialmente levanten en forma oportunista reivindicaciones propias de nuestra clase (como lo hicieron en caso del debate por el 82% móvil en las jubilaciones, o como  la UCR denunciando a la megaminería a cielo abierto), no  podemos engañarnos: son nuestros jurados enemigos de clase.

Las propuestas de izquierda y centro izquierda

Los sectores de centroizquierda que al menos tácticamente han roto en Capital y Buenos Aires con el FAP (como la UP de De Gennaro, Lozano y Maffei, el PCR o el MST) tienen una larga historia de ubicarse como furgón de cola de diferentes sectores de las clases dominantes. Como ejemplo reciente basta señalar sus acuerdos con la “Mesa de Enlace” sojera. Así han pagado caro esta política y han cosechado pocos votos en las abiertas.

En tanto el FIT, se ha convertido en las primarias en un canal interesante de la expresión electoral de una parte del activismo y un sector de los trabajadores contando entre sus filas militantes honestos y aguerridos luchadores y luchadoras sindicales.

No obstante en su forma de construcción dejan fuera de su política la participación de las más amplias masas. Al tiempo que no podemos dejar de señalar que en el plano latinoamericano sustentan políticas de enfrentamiento con los procesos de transformación en curso como los de los países del ALBA.

Por su parte en el espacio de la autodenominada Izquierda Independiente, del que somos parte, por motivos diferentes, no  se han concretado por el momento propuestas que en perspectiva apunten claramente a la constitución de una fuerza unitaria,  una alternativa de nuevo tipo.

Consideramos como altamente positivo los esfuerzos de una parte de las fuerzas de de  este espacio que están dando una respuesta en el plano electoral en estas elecciones. Aún cuando su presencia se da sólo en unos pocos distritos, con políticas de alianzas heterogéneas y en las que todavía predominan  concepciones y tácticas de construcción cerrada, que consideramos erróneas.

En este contexto se hacen más notorias nuestras limitaciones y las de un amplio espectro de organizaciones y militantes populares, revolucionarios, antiimperialistas, socialistas, que no hemos sabido dotarnos de una política nacional unificada para estas elecciones. Hecho que convierte en una tarea de primer orden,  superar individual y colectivamente estas falencias para que el 2015 nos encuentre en condiciones de  presentar una  propuesta alternativa en el terreno electoral, que exprese en ese terreno la misma decisión de transformación social y política  que nuestras fuerzas manifiestan a diario como parte de las luchas nuestro pueblo.

¿A quién votar en octubre?

Somos conscientes que una organización política debe orientar el voto de las y los trabajadores y el conjunto de los sectores populares con mayor precisión, aún en medio de tantas debilidades que ya hemos señalado autocríticamente.

Atendiendo  a  que todo acto electoral provoca un alza de los debates políticos llamamos a nuestros hermanos y hermanas de clase a debatir y promover en las organizaciones de masas, -atendiendo a sus particularidades, a su desarrollo y al fortalecimiento de la unidad- la propuesta que hemos acuñado: Votar desde Abajo y a la Izquierda. Con ella estamos reconociendo que algunas de las listas contienen programas y candidatos que expresan (aun parcialmente), posiciones de defensa de los intereses obreros y populares, en confrontación con los de las clases dominantes.

Más allá de lo señalado más arriba, entendemos que un voto creciente en esa dirección permitirá avanzar hacia una mejor correlación de fuerzas en favor de las clases explotadas y oprimidas de nuestro país y nuestro continente, con miras al profundo cambio social que necesitamos llevar adelante.