ola de calor

Según recientes y muy actuales investigaciones científicas, ayudadas por las mediciones de satélites de última generación, a medida que se reduce la cubierta vegetal del planeta la temperatura superficial de la Tierra va en aumento. Es lo que ha comprobado un estudio que analizó el retroceso de bosques y selvas observado desde los satélites. Aunque el efecto del calor extra es local, la globalización de la deforestación está haciendo que este calentamiento termine siendo global.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Sudamérica se perdieron unas 40 millones de hectáreas de bosques nativos durante la primera década del siglo XXI. De los 10 países que perdieron más bosque virgen en el mundo  5 están en América Latina. 

En el 2010, el mundo tenía 3.92 Hectáreas globales (Gha, una medida plantearia que se obtiene al tomar la superficie de biocapacidad del planeta y dividirla por el número de habitantes totales) de cobertura forestal, la cual se extendía a lo largo del 30% de su área terrestre. En el 2020, perdió 25.8 millones de hectáreas (Mha) de cobertura forestal y de 2001 a 2020 se produjo una pérdida de 411 Mha de cubierta arbórea a nivel mundial, el equivalente a una reducción del 10% de la cubierta arbórea desde el año 2000 y a 165 Gigatoneladas (Gt) de emisiones de dióxido de carbono (CO₂). A nivel mundial, de 2001 a 2019, el 27% de la pérdida de masa forestal se dio en áreas en las cuales los impulsores dominantes de la pérdida resultaron en deforestación.

Argentina

En el 2010, Argentina contaba con 37.6 Mha de bosque natural, que se extendía sobre el 14% de su extensión territorial. En 2020, perdió 187 miles de hectáreas (Kha) de bosque natural, lo que equivale a 46.8 millones de toneladas (Mt) de CO₂ de emisiones. En cuanto a la pérdida del bosque primario en Argentina, desde 2002 hasta 2020, se perdieron 426 Kha de bosque primario húmedo, lo que representa 7.1% de su pérdida total de cobertura arbórea en el mismo periodo de tiempo. El área total de bosque primario húmedo en Argentina disminuyó en 9.7% en este periodo de tiempo.

A pesar de contar con una Ley Nacional de Bosques (Ley 26.331), que protege y busca reparar la extensiva destrucción de bosques nativos y primarios,  en los últimos años los desmontes y deforestación avanzaron sin parar impulsado por el agronegocio y la fiebre de las exportaciones. 

La ola de calor récord que estamos padeciendo en general, y pero aún la mayoría en la pobreza con menos recursos para enfrentar las temperaturas y condiciones extremas, no es sólo un ciclo meteorológico sino las consecuencias del proyecto colonial, dependiente y extractivista de nuestras economías para satisfacer y servir a los países Capitalistas imperialistas. 

Resistir a los planes de expansión de los negocios del gran Capital y seguir convirtiendo nuestra patria en territorios de “sacrificio” es una tarea crucial. Y desde ahí empezar a pensar y parir nuevos destinos y proyectos económicos-ambientales y sociales, es el desafío que el pueblo trabajador, principal afectado por el cambio climático capitalista, tiene por delante. En ello estamos y cada vez somos más. 

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Fuente: Forest Global Watch