Daniel López
Queremos comentar y reflexionar acerca de una experiencia histórica, poco estudiada y menos conocida que fue el Frente Antiimperialista y por el Socialismo (FAS) de modo que nos sirva, más allá de las diferencias históricas y políticas, para analizar, pensar y construir un Frente Político y Social que pueda brindar respuestas políticas a la actual coyuntura nacional.
El FAS fue una herramienta frentista impulsada principalmente por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) entre 1972 y 1975. El objetivo fundamental era construir una “organización política de masas” donde confluyeran las diferentes agrupaciones, partidos y corrientes revolucionarias conjuntamente con otros actores sociales con un programa antiimperialista y de “transición al socialismo”. En síntesis, se trataba, de dotar de una herramienta política organizada a la fuerza social revolucionaria que se venía gestando en Argentina desde fines de la década del 60.
Así, del FAS participaron además del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), organizaciones como el Frente Peronista Revolucionario (FPR), el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML), la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO), la Liga Espartaco, la Liga Socialista, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Izquierda Socialista, Grupo Praxis, Socialismo Revolucionario; Peronismo de Base, Ejército Libertador del Norte, Acción Proletaria, Democracia Obrera Revolucionaria y Círculo Socialista, entre otras. Pero además en el FAS se incorporaron, no sólo, fuerzas políticas, sino también sindicatos, agrupaciones estudiantiles, organizaciones de campesinos, indígenas (tobas, matacos y mocovíes), barriales, villeras y de la iglesia tercermundista, corrientes sindicales anti burocráticas (Movimiento Sindical de Base) y estudiantiles, teniendo una fuerte inserción en villas, fábricas, universidades, comunidades aborígenes y campesinas, en las siguientes provincias: Córdoba, Chaco, Tucumán, Salta, Santa Fe (Rosario) y Buenos Aires.
El FAS tuvo como antecedentes la experiencia del Frente Antiimperialista y Anti dictatorial (FAA) presidido por Silvio Frondizi y los “Comités de Base” desarrollados durante 1972 y que fueron los núcleos embrionarios del FAS. Estas herramientas políticas se transformaron a partir de la necesidad de la construcción de un frente democrático y antiimperialista como respuesta estratégica a las tareas democráticas que se habría con la retirada de la dictadura de Lanusse y la convocatoria a elecciones para 1973.
El objetivo principal del FAS fue poder aglutinar a diferentes organizaciones revolucionarias de la izquierda marxista y sectores del peronismo revolucionario para brindar un espacio “unitario” de articulación para las variadas herramientas de lucha de los trabajadores y del pueblo. Entre esos objetivos que se planteaba el FAS fue la posibilidad de ofrecer una alternativa de carácter obrero y popular en las elecciones de Septiembre de 1973. A tal efecto se propuso llevar adelante las candidaturas de Agustín Tosco y Armando Jaime como presidente y vice. La declinación de Tosco en dos oportunidades impidió concretar la intervención en los comicios. Esta intención de participar de la lucha electoral no se pudo plasmar, es interesante y legítimo reconocer la búsqueda de respuestas concretas ante el nuevo escenario político nacional planteado por el Gran Acuerdo Nacional (GAN). Articulando de esta manera distintas formas de lucha en pos de lograr implementar un proyecto revolucionario que contemplara las visiones de un amplio espectro de organizaciones, sectores y actores sociales.
El FAS desarrolló tres importantes congresos, que se tomaron como continuidad de los tres congresos efectuados por el Frente Antiimperialista y Anti dictatorial (FAA), de ahí su numeración, comentamos brevemente cada uno de ellos:
El IV Congreso se llevó a cabo el 18 de Agosto de 1972 en Villa Luján, Provincia de Tucumán, con la asistencia de 4000 militantes y activistas, en el mismo se aprobó la sigla y un programa común, aunque en realidad el mismo tuvo el carácter de una gran manifestación pública donde se evidenció la necesidad de generar una alternativa electoral unitaria y no como una instancia de debate colectivo dada la necesidad de impulsar las candidaturas de Tosco-Jaime, los principales oradores fueron: Tosco, Jaime y Benito Urteaga. Además en el IV Congreso se eligieron los miembros de la Dirección Nacional del FAS: por el FRP: Armando Jaime, Simón Arroyo, Alicia Eguren de Cooke y Manuel Gaggero, por el PRT: Oscar Montenegro y Gregorio Flores y por el Grupo Praxis: Silvio Frondizi.
El V Congreso se desarrolló el 24 de Noviembre de 1973 en Roque Sáenz Peña, Provincia de Chaco, donde concurrieron 12.000 militantes y activistas y en el cual se incorporaron nuevos sectores sociales y políticos como ser las Mujeres con la cuestión de género, agrupaciones villeras y poblaciones aborígenes como los tobas, matacos y mocovíes, Este encuentro si tuvo la forma de un congreso en el cual se dieron dos días de debate y se agregaron nuevos puntos al programa establecido en el IV Congreso, tales como: contra el alza del costo de vida proponiendo la creación de comisiones vecinales para el control de precios y calidad y se exigía la reducción progresiva del mercado monopólico, entre otros.
El VI Congreso se realizó el 15 de Junio de 1974 en Rosario, Provincia de Santa Fe, al cual asistieron 30.000 militantes y activistas y tuvo como una de sus principales oradoras a Alicia Eguren de Cooke del Frente Peronista Revolucionario (FPR), donde manifestó que para lograr construir una Fuerza Social Revolucionaria lo suficientemente potente, no podían obviarse a aquellos sectores como el Peronismo Revolucionario, Montoneros, Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Peronismo de Base, para lo cual entre las tareas que se planteaban para alcanzar este objetivo estaba la necesidad de ofrecer un programa para las más amplias masas plasmado en un Anteproyecto de resolución del VI Congreso con una serie de medidas de “transición al Socialismo”, y aunque resulta difícil sintetizar un programa tan extenso solo mencionaremos sintéticamente los principales ejes a modo ilustrativo:
Por el control de los ritmos de producción y la democracia sindical, proponía medidas contra la desocupación, el alza del costo de vida y por la defensa de la salud de los trabajadores. Por la estatización de la banca y del comercio exterior, expropiación de grandes fincas y estancias bajo control de los obreros rurales y el Estado, entrega de las tierras a los pequeños y medianos productores arrendatarios, planificación de la economía rural en beneficio de todo el pueblo, reforma urbana que instaure un sistema de viviendas que asegure el bienestar de todo el pueblo y elimine la usura. Estatización de la enseñanza con educación gratuita y obligatoria hasta el secundario, eliminación de los aparatos represivos con el debido juicio y castigo a los torturadores y asesinos, socialización de la medicina y expropiación de clínicas y hospitales privados. Reivindicaciones por la vivienda digna, el agua, la energía y el transporte; puntos específicos sobre salud, educación, universidad, cultura y libertad de expresión. También incluía las demandas de campesinos e indígenas. Cerraba con planteos antiimperialistas y con la necesaria perspectiva de avanzar hacia el socialismo sentando nuevas formas de democracia directa. A su vez, el programa no se consideraba acabado, sino que debía ser sometido a revisión periódica, para ser enriquecido y mejorado en el proceso de la lucha de clases.
Las organizaciones y fuerzas políticas que integraron el FAS lo señalaban como un inicio, un punto de partida, un paso necesario y el germen de un instrumento mayor: el Frente de Liberación Nacional y Social.
Entre los referentes, más importantes, podemos citar a: Silvio Frondizi (Grupo Praxis), Oscar Montenegro, Benito Urteaga y el Goyo Flores (PRT), Armando Jaime, Simón Arroyo, Alicia Eguren de Cooke y Manuel Gaggero por el (FPR) y Agustín Tosco y el cura Ramondetti, entre otros.
La revista “Nuevo Hombre”, aunque creada con otro fin, sirvió como órgano de prensa de las resoluciones y posturas del frente, fueron sus directores más destacados: Silvio Frondizi, Rodolfo Mattarolo y Enrique Raab.
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También es interesante mencionar las fuentes desde las cuales partieron sus debates y elaboraciones, entre ellas: las primeras organizaciones obreras como la FORA y la USA; las movilizaciones reivindicativas del 17 de Octubre y sobre todo de la Resistencia Peronista; los programas de La Falda (1957) y Huerta Grande (1959); como también la experiencia de la CGT de los Argentinos, el Cordobazo y la serie de “azos” (Rosariazo, Tucumanazo, etc.) y el Sitrac-Sitram.
Esta experiencia política unitaria de los sectores revolucionarios quedó trunca y el FAS no pudo seguir funcionando debido a la represión, los atentados y los asesinatos de que fue víctima, cuando la burguesía asumió la determinación del exterminio, historia ya conocida y comentada. Consideramos que es necesario recuperar la experiencia del FAS, no para “copiar” o “repetir experiencias”, sino, como un ejemplo de vocación unitaria amplia, que se propuso, no sólo hacer política sino disputar el poder y la conciencia de las masas en una perspectiva antiimperialista y socialista. Consideramos que en la actualidad no solo muchos de los planteos del FAS siguen vigentes sino que además aquellos desafíos nos siguen interpelando por eso tomando como enseñanza aquella experiencia política seguimos militando por la construcción de un frente político y social amplio que se proponga disputar el poder con un programa unitario y de transición al socialismo.