Para saber un poco más cual es la situación actual de Chile, luego de la abrumadora victoria por una Nueva Constitución; y para adentrarnos en las tareas de la izquierda para la etapa que se abre, entrevistamos a Alejandro, militante de la Organización Contratiempos.
La primera pregunta que tiene que ver con las tareas centrales de la izquierda anticapitalista para el periodo, nosotras y nosotros creemos que hay al menos 5 elementos fundamentales:
Un primer elemento tiene que ver con acompañar el proceso de politización de los pueblos, mantener el ciclo de impugnación que se abre o que se abrió más bien, el 18 de octubre del año. Son millones de personas en las calles, en las asambleas, en los territorios debatiendo. Por lo tanto hay allí una fuerza social que no puede ser cooptada por arriba, por lo que hay que crear las condiciones que le permitan un despliegue autónomo como clase trabajadora.
Un segundo elemento, es aportar a la densificación de todas las formas organizativas emanadas desde los distintos territorios. Nosotros entendemos por “densificación” al potenciar la capacidad decisional y de disputa de los pueblos, en una clara autonomía de clase. No podemos seguir siendo el vagón de cola de los partidos de la mal llamada centro-izquierda, que aquí son el Partido Socialista, el Partido Radical, la Democracia Cristiana, el Partido Comunista. Ellos han sustentando el régimen neoliberal de los últimos treinta años.
Un tercer elemento, y que en relación también con lo anterior, creemos que es fundamental la elaboración programática en clave anticapitalista. Sabemos que hay un ciclo de impugnación que se abre en octubre del año pasado, que es contra las instituciones políticas, contra la corrupción, contras los pilares neoliberales que sustentan las condiciones de vida de los pueblos. Pero eso no significa que exista mecánicamente, una propuesta lista, completamente hecha. Hay gérmenes programáticos, pero pensados principalmente en forma sectoriales: hay propuestas para la salud, hay propuestas para el sistema de pensiones, hay propuestas para enfrentar la violencia patriarcal, para afrontar la crisis climática y el problema medio-ambiental. Pero estas propuestas aún no logran cuajar en un horizonte transformador y totalizante que permita articular un programa que uno diga “aquí está la consigna y para allá vamos”. Todavía para eso falta profundizar, falta darle un poco más de cuerpo a esas propuestas.
Un cuarto elemento, es mantener la denuncia frente al giro autoritario que ha tomado el Gobierno de Piñera. Y no es que lo fuera antes, su anterior gobierno, el de la Concertación, han tenido componentes represivos. Pero desde octubre hasta la fecha hay elementos que profundizan dicha dinámica. Hay una violación sistemática de los derechos humanos, hay mutilados, asesinados, torturados, por parte de las fuerzas del orden. Y al mismo tiempo hay impunidad, tanto civil como política, de dichas violaciones. La más clara es que Sebastián Piñera le haya declarado la guerra al pueblo de Chile. Sacó a los militares, sabiendo cuales iban a ser las consecuencias.
Y un quinto elemento, que básicamente es muy estrecho con el anterior, es mantener la lucha por la libertad de todos y todas los presos de la Revuelta. Hay cientos, miles de presos que llevan meses encarcelados sin ninguna prueba que justifique que estén en prisión.
Sobre la segunda pregunta que hace referencia a la participación de los movimientos sociales en la convención constitucional, nuestra percepción en redes sociales, en la opinión publica, los territorios o la asamblea de los cabildos es que hay una voluntad general de participar del proceso.
Pero al mismo tiempo hay un escepticismo, básicamente por el sistema de votaciones que hay aquí en chile; me es imposible explicarlo en poco tiempo pero básicamente el sistema le entrega garantías a los partidos políticos legalizados.
Y pone muchas trabas, muchos obstáculos, a cualquier candidatura que se levante desde el mundo independiente y los movimientos sociales, por tanto las reglas del juego no son iguales para todos los sectores, en ese contexto es interesante mencionar también que todo esto esta pasando ahora.
Hay reformas que se están llevando en el congreso nacional para poder bajar esos obstáculos, para que realmente las candidaturas independientes puedan ser competitivas y ahí un elemento fundamental a sido la victoria del apruebo por un y la convención constitucional por un 80%.
Que básicamente lo que viene a decir es que la nueva constitución no queremos que la escriban los mismos de siempre, por tanto esos resultados han sido importantes, han sido una demostración de fuerzas para que en el congreso se lleven a cabo esas reformas que permitan a las candidaturas independientes ser competitivas.
Ya que la estrategia de la derecha no es ganar la convención constitucional por el 50% si no constituir el tercio que le permita bloquear cualquier cambio estructural.
Bueno, y finalmente sobre la tercera pregunta que hace referencia al rol que cumplen las fuerzas de derecha en la coyuntura actual, podríamos partir diciendo que la derecha, muy sintéticamente, está caracterizada por dos sectores. Al menos ha quedado un poco más claro, un poco más al descubierto en esta coyuntura del plebiscito y la revuelta. Un primer sector que son básicamente quienes votaron por el rechazo: apuestan por mantener el legado de Pinochet y, por lo tanto, no tocar ningún pilar del sistema o régimen neoliberal, aunque se está dando la paradoja de que quienes precisamente votaron por el rechazo están siendo parte y van a ser parte de las candidaturas constituyentes. Y esto un poco en relación a lo que mencionábamos antes, cierto, que la estrategia de la derecha es no ganar la convención por mayoría, sino básicamente constituir el tercio que le facilite bloquear cualquier tipo de reforma estructural que se pueda hacer en la coyuntura de la discusión constituyente que se abre ya en abril del próximo año. Entonces esta derecha, que es la derecha del rechazo, se unifica, se articula, en base a ir a copar esa Convención con el tercio que le permite bloquear cualquier tipo de reforma.
Por otro lado, tenemos una derecha que ha leído con mayor tacto la impugnación que se abrió en octubre del año pasado y ha decidido “escuchar” esa denuncia, participar del proceso constituyente: de hecho votan todos apruebo y Convención Constitucional algunos sectores. Y básicamente comprenden que si existen cambios mínimos que no amenacen los pilares del sistema la crisis podría seguir abierta y tomar otras direcciones. Por tanto, una derecha que nosotros entendemos que no quiere quedar por fuera del ciclo político que se abrió en octubre del año pasado. Es básicamente esta táctica de cambiarlo todo para no cambiar nada. O sea, ya en la opinión pública se hace la diferencia entre quienes votaron por el rechazo y quienes votaron por el apruebo. O sea, hay un estigma y una mancha histórica que va a quedar y que por tanto este sector de la derecha no quiere ser parte de ese estigma. Y está llamando a llevar a cabo este proceso constituyente porque bajo el discurso de ellos va enriquecer la democracia liberal, la democracia capitalista y, por tanto, también, porque no quieren quedar por fuera del ciclo político que se abre.
Y dentro de esta segunda alma de la derecha es que se alinean, creemos nosotros muy prematuramente, los grandes gremios empresariales. Nosotros no hacemos la diferencia entre clase política y clase empresarial, creemos que es lo mismo. O sea los políticos son representantes de esta clase empresarial. Y los empresarios, los grandes gremios empresariales, pensamos en los gremios de la industria minera, forestal, pesquera, la agroindustria, el retail*, que son los pilares del modelo acá en Chile, están por construir un país estable. Un poco por mantener esta mentira del oasis chileno en Latinoamérica ¿cierto? Porque estos inversores lo que están pensando es una perspectiva de largo plazo, que le permita el país tener regalía que le permitan también el mayor flujo de inversión extranjera. Por tanto, al sector empresarial no le conviene un país polarizado, no le conviene un país en crisis, no le conviene un país que tome ciertos discursos de una derecha más dura. Sino que lo que ellos están plateando, o se están alineando bajo la táctica de generar cambios, ampliar la participación democrática siempre y cuando esta participación no sobrepase o no toque los pilares del sistema.
*El retail es el comercio dominado por grandes cadenas.