Por Samuel Farber
Publicado en la Revista Viento Sur, número 136 / octubre 2014
Desde que Raúl Castro asumió el poder en 2006, y al amparo de sus reformas, o en respuesta a las mismas, se han ido configurando varias tendencias políticas dentro del espectro político cubano. Lo que se sabe de estas tendencias no es mucho, debido al control que ejerce el gobierno sobre la información, pero en mayor medida debido a que la mayoría de cubanos son renuentes a revelar sus preferencias políticas.
En el plano político, el programa de Raúl Castro incluye la puesta en libertad de la mayoría de presos políticos de larga duración, un mayor reconocimiento de la discriminación racial y de género y algunas medidas para paliarla, amén de la liberalización de la migración de los cubanos al extranjero o del extranjero al interior de la isla. Todas estas iniciativas comparten ciertas características: relajación de las normas administrativas y concesiones a las demandas populares, aunque sin reconocer derechos de los ciudadanos independientes de la discreción gubernamental; y un grado significativo de liberalización política y cultural, pero exenta de cualquier tipo de democratización que pudiera socavar el monopolio de poder del Partido Comunista Cubano (PCC).
En el plano económico, en el que se centra el grueso de las reformas, Raúl ha tratado de revitalizar la economía cubana a imagen del modelo chino y vietnamita, en el sentido de crear un capitalismo de Estado que monopolice el poder político a través del PCC y controle los sectores estratégicos de la economía, como la banca, compartiendo el resto con el sector capitalista privado, nacional y extranjero. El problema es que, a diferencia de China y Vietnam, sus reformas económicas –como en el caso del programa del usufructo de las tierras, creado para estimular la producción agraria– se han visto mermadas por toda clase de obstáculos y limitaciones; un ejemplo de ello es la imposición de plazos muy breves de explotación de las tierras, lo que menoscaba tanto el alcance como la viabilidad del programa.
Irónicamente, esas trabas las han puesto sectores de la propia burocracia, temerosos de perder su poder a resultas de la implantación del modelo chino o vietnamita. Esto ha sido reconocido en la isla y es objeto de discusiones en las altras esferas académicas e intelectuales (aunque no en los medios de comunicación). La socióloga cubana Camila Piñeiro Harnecker ha calificado a estos sectores de “estatistas”, y a pesar de no facilitar los nombres de funcionarios u organismos concretos, dice que es un grupo de “administradores y funcionarios estatales de nivel medio que temen perder sus puestos de trabajo”, que gozan de “capacidad de beneficiarse del Estado a través de la corrupción” y que defienden la mejora, por oposición a la supresión, del socialismo de Estado/1. Aunque Piñeiro Harnecker limita el alcance de esta resistencia a los “administradores y funcionarios estatales de nivel medio”, no cabe duda de que hay que incluir a funcionarios situados en puestos más altos de la cadena burocrática, tan decisivos como el Buró Político del PCC, tales como por ejemplo José Ramón Machado Ventura, miembro del partido y defensor de la línea dura y que hasta hace poco era el sucesor designado de Raúl Castro.
Aparte de esto, poca cosa se sabe de las actitudes que prevalecen en otros sectores importantes de la estructura de poder y en la población en general. Así, por ejemplo, prácticamente no se sabe nada con respecto a las opiniones de los directores y técnicos que administran las principales empresas económicas de la isla –incluidas las empresas conjuntas con capital extranjero– pertenecientes a las Fuerzas Armadas y que están agrupadas en GAESA (Grupo de Administración Empresarial, S.A.), o con respecto a los civiles cubanos que trabajan en puestos similares en otras empresas conjuntas ajenas al ejército cubano. Lo mismo cabe decir de los directores y técnicos de las empresas estatales regulares.
A la luz de la experiencia de las transiciones de muchos antiguos países comunistas en Europa y Asia, sería de esperar que esas personas apoyaran decididamente el programa de reformas de Raúl Castro y favorecieran un giro más pronunciado a favor del capitalismo de Estado. Sin embargo, no hay datos concretos que corroboren esta hipótesis. Y hasta el momento de escribir estas líneas, en el verano de 2014, se han realizado avances relativamente modestos en esta dirección –como autorizar a las empresas estatales conservar el 50 % de los beneficios con fines de recapitalización, decidir sobre inversiones menores, aumentos salariales y otras actividades/2 (y vender excedentes con arreglo al mecanismo de la oferta y la demanda)/3– al amparo del nuevo programa de 2012 del Partido, encaminado a establecer la autonomía de las empresas, que prometió, aunque en gran medida no ha cumplido, cambios de mayor calado como la descentralización parcial de la fijación de precios y la clausura de empresas estatales no rentables, incluidas las grandes, mediante su liquidación, privatización o conversión en cooperativas/4.
Hay un grupo de economistas que trabajan en el CEEC (Centro de Estudios de la Economía Cubana), fundado en 1989 en la Universidad de La Habana, que ha prestado públicamente su apoyo institucional al programa de reforma económica de Raúl Castro. A pesar de haberlo criticado por su escasa amplitud y profundidad y su lentitud, considera que es un paso adelante positivo hacia el establecimiento de una economía mixta de capitalismo de Estado o incluso de una economía capitalista a secas. Los miembros más destacados del grupo son Omar Everleny Pérez-Villanueva y Pavel Vidal Alejandro (quienes actualmente trabajan en Colombia). Para Camila Piñeiro Harnecker –quien también trabaja en el CEEC, aunque no comparte la línea política que prevalece en la entidad–, este grupo, al que califica de “economicistas”, plantea el crecimiento económico como principal objetivo del socialismo y, aunque no lo haya dicho abiertamente en estos términos, apunta a la ventaja de la gestión capitalista privada –que Piñeiro Harnecker define como la empresa autónoma y autoritaria guiada por intereses privados– como la manera más eficaz de dirigir una empresa, y al mercado como la manera más eficaz de coordinar las actividades económicas. Según ellos, las dudas con respecto a las consecuencias de la privatización de la economía –aumento de la desigualdad, marginación de grupos sociales y deterioro del medioambiente– son de orden secundario: se trata únicamente de consecuencias colaterales de dichas reformas, alegan, y sería posible adoptar algunas medidas para paliarlas, como por ejemplo un sistema tributario que regule las diferencias de ingresos y la adopción de leyes que protejan a los clientes, a los trabajadores y al medioambiente. Señalan que la existencia de ganadores y perdedores ha de aceptarse como un resultado inevitable de la capacidad del individuo para actuar conforme a las nuevas reglas del mercado.
Según Piñeiro Harnecker, la perspectiva “economicista” la comparten fervorosamente los administratores de las empresas públicas, que esperan reformas que incrementen drásticamente la autonomía de gestión empresarial para que finalmente sean capaces de gestionar sus respectivas empresas en su beneficio particular y deshacerse de lo que consideran los obstáculos y el sinsentido del actual sistema de “planificación”/5. No se sabe si mantienen o no una relación directa con el CEEC, pero sí es sabido que los “economicistas” del CEEC han influido directamente en el aumento de las ideas favorables al mercado en el establishment político e intelectual cubano. Aunque no está claro cuáles son las fuerzas políticas y burocráticas que les apoyan o se oponern a ellos, parece que han sido objeto de algún fuego cruzado entre sectores de la burocracia. Así, por ejemplo, el rector de la Universidad de La Habana acusó a Omar Everleny Pérez-Villanueva de ser excesivamente crítico con el actual sistema económico cubano y le impidió asistir a las reuniones de la Latin American Studies Association (LASA, Asociación de Estudios Latinoamericanos) en Washington en 2013, a pesar de que varios de sus correligionarios del CEEC sí obtuvieron permiso para acudir a Washington/6. No obstante, el mismo Pérez-Villanueva sigue siendo, junto con sus socios del CEEC, asesor económico de Marino Murillo Jorge, el ministro de Planificación y Economía. Asimismo, a finales de junio de 2013, incluso después de que le denegaran el permiso para viajar a Washington, Pérez-Villanueva fue invitado a aparecer en la televisión cubana dirigiendo un seminario sobre “La Economia y la Administración de las Empresas en Cuba” en el Hotel Nacional de La Habana/7.
II
Hasta hace unos pocos años habría sido inconcebible pensar que la Iglesia católica iba a ser un actor de primera fila en la vida política cubana, sobre todo a la luz de su histórica debilidad en la isla, antes y después de la revolución. Sin embargo, el gobierno de Raúl ha hecho una serie de concesiones a la Iglesia que le permiten organizar procesiones religiosas y abrir páginas web y, sobre todo, vista la escasa penetración de Internet en la isla, publicar boletines, revistas y numerosas hojas parroquiales y publicaciones de asociaciones. Es más, en 2011 Raúl permitió a la Iglesia católica gestionar el Centro Cultural Félix Varela Cultural, que se ha convertido en uno de los poquísimos espacios públicos en que los críticos y opositores al gobierno pueden expresar públicamente sus puntos de vista, y que al mismo tiempo funciona en conjunción con la Universidad Católica española como centro de formación de quienes esperan serán los empresarios de la Cuba de mañana.
Mientras que cabe preguntarse qué ha ganado el gobierno cubano con esas concesiones, es evidente que la Iglesia católica sí ha ganado mucho. Aparte de las Fuerzas Armadas, la Iglesia es probablemente la institución mejor organizada de la isla. Consciente estratégica y tácticamente de cómo perseguir sus objetivos, sin duda aspira a convertirse en una fuerza moral hegemónica en el país, en un árbitro “neutral” por excelencia que se sitúa por encima de cualquier conflicto de intereses sociales y políticos en Cuba. Con este fin, trata de proyectarse como guardiana inveterada de las tradiciones culturales cubanas, destacando aspectos de la cultura cubana asociados a la religión popular afrocubana, como por ejemplo la devoción por la santa patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre, llamada Ochún en la tradición yoruba, mientras que al mismo tiempo traza implícitamente una línea divisoria con el culto “pagano”. Al vestirse de “guardiana”, ha de esforzarse por evitar espinosos problemas históricos y políticos, como su apoyo activo a la dominación española, especialmente durante la última guerra de independencia (1895-1898)/8, y sus vínculos con la oposición de derechas durante los primeros años del gobierno revolucionario.
La jerarquía católica cubana preferiría probablemente una transición con un partido político importante vinculado a las tradiciones católicas, como los partidos democristianos existentes en Europa y América Latina. Sin embargo, la Iglesia sabe que un partido de este tipo, que ya existe en el exilio, carece de arraigo popular en la isla y no podría funcionar legalmente en la versión cubana del autoritario modelo chino-vietnamita. Así que en lugar de ello ha optado por plantearse objetivos más realistas, esperando impulsar la aplicación de un programa social católico que promueva “reformas” que limiten los derechos al aborto y al divorcio, amplíe la influencia católica en el enseñanza superior e instituya la enseñanza de la religión en la escuela pública, que históricamente es el proyecto favorito de la jerarquía católica cubana desde los días de la República de Cuba (1902-1958).
Siguiendo una política ambigua en varios frentes, por un lado la Iglesia viene publicando desde 2012 Espacio Laical, la publicación oficial del Centro Cultural Félix Varela, abriendo sus páginas a opiniones liberales y socialdemócratas, a la nueva izquierda crítica y a los planteamientos de los economistas del CEEC. La revista preconiza una “oposición leal” y la adopción de algo que denomina “nacionalismo revolucionario” para formar un nuevo consenso entre el gobierno y sectores de la oposición, mientras que al mismo tiempo se distancia claramente de los disidentes –y ocasionalmente choca frontalmente con ellos– que rechazan el diálogo con el gobierno cubano y/o colaboran con la Sección de Intereses de EE UU en La Habana. También ha patrocinado y publicado las propuestas democráticas planteadas desde una variedad de posiciones agrupadas en el Laboratorio Casa Cuba./9 Por otro lado, uno de sus editores, Lenier González Mederos, portavoz laico de la Iglesia, ha utilizado la revista para proponer implícitamente un pacto político entre la Iglesia y el Ejército, que según él son las únicas instituciones que se mantendrán “indemnes” para “los próximos 200 años”, alegando que “las Fuerzas Armadas, junto con la Iglesia católica, tienen la responsabilidad patriótica y moral de velar por y facilitar el mejor de los posibles futuros para Cuba”/10.
(No obstante, los editores de Espacio Laical dimitieron o fueron destituidos por la jerarquía católica en mayo de 2014. Las consecuencias de este cambio todavía están por ver, ya que el primer número de la revista desde que se instaló el nuevo equipo editor no refleja ningún cambio político palpable, aparte del hecho de que tanto Lenier González como Roberto Veiga, los antiguos editores, firman sendos artículos en este número/11. Esta incertidumbre viene reforzada por la jubilación del cardenal Ortega, cabeza visible de la Iglesia cubana y principal artífice de la política de coexistencia con el gobierno cubano. No cabe descartar que la postura de Ortega sea sustituida por una política de mayor confrontación con el gobierno y una posición más abiertamente conservadora en el terreno social.)
Al mismo tiempo que utiliza Espacio Laical para proyectar una imagen liberal y socialdemócrata, la Iglesia también publica Palabra Nueva, el órgano oficial de la archidiócesis de La Habana, que promueve puntos de vista conservadores. Marcando el tono político de Palabra Nueva, su editor, Orlando Márquez, quien es asimismo el portavoz oficial de la archidiócesis, ha reclamado particularmente en su artículo “Sin miedo a la riqueza” la aparición de un estrato de gente rica como síntoma bienvenido de prosperidad en la isla, rechazando la noción de que la desigualdad económica es problemática/12. En el marco de su programa conservador, Palabra Nueva ha venido promocionando a figuras del pasado como la organización política antiizquierdista ABC de los años treinta/13 o a Carlos Castañeda, un conocido periodista cubano exiliado, favorable a Washington y editor de periódicos en Puerto Rico y Miami/14,y ha redescubierto a Walt Disney, a quien ha calificado de “genio al servicio de los niños y de la cultura universal/15”.
III
¿Qué ha ocurrido a la izquierda del centro político cubano? Desde la aguda crisis económica provocada por el colapso del bloque soviético se desarrolló en sectores de la elite académica y círculos culturales de la isla una tendencia comunista liberal, crítica con varios aspectos de la sociedad cubana, pero leal al régimen. Esta corriente comunista liberal está representada sobre todo por la revista Temas, que se ha convertido en la principal publicación intelectual y de ciencias sociales de Cuba y cuyo selecto público abarca a intelectuales, académicos y artistas. Publica a menudo artículos críticos y prolijos en datos, pero suele evitar todo cuestionamiento, siquiera indirecto, del sistema de partido único, y mucho menos de sus principales dirigentes. Temas también ha patrocinado un foro de debate mensual sobre diversos temas que durante años estuvo abierto al público sin restricciones. Sin embargo, desde el 29 de octubre de 2009, cuando apareció Yoani Sánchez, la conocida bloguera disidente, disfrazada en una mesa redonda transmitida por Internet y pronunció algunas observaciones polémicas desde el patio de butacas, Temas controla el acceso a los debates mensuales para evitar que acudan disidentes.
Rafael Hernández, el principal editor de Temas, es un académico e intelectual muy agudo y un astuto político, dotado de un buen olfato para captar por dónde van los tiros en los ámbitos populares y de la elite cultural y gubernamental. En ocasiones se hace eco del descontento, pero siempre se mantiene dentro de los límites marcados por el régimen. Uno de los mejores ejemplos al respecto es su carta abierta a los jóvenes que acarician la idea de emigrar, en la que reconoce lo fundado de muchas de sus quejas e incluso parece simpatizar con ellos, pero de alguna manera termina con una sofisticada apología del régimen/16. En otras ocasiones, especialmente cuando se dirige a un público extranjero, su postura comunista liberal se convierte en cobertura visible de lo que es básicamente una apología descarada del régimen cubano. Eso es lo que hace, por ejemplo, en un artículo publicado en La Jornada, diario de izquierdas mexicano, donde combina una serie de sofismas para justificar el sistema de partido único, el encarcelamiento de disidentes políticos y las instituciones antidemocráticas del Poder Popular/17.
Desde el punto de vista del desarrollo potencial de una oposición de izquierda en la isla resultan más significativos aquellos críticos que, al igual que Rafael Hernández, son leales al sistema pero que, a diferencia de él, se han visto empujados por su propia integridad política, y tal vez por su espíritu rebelde, a cruzar las líneas rojas de lo que las autoridades consideran conveniente. Uno de estos críticos es Esteban Morales Domínguez, un profesor negro que solía aparecer a menudo como el experto en EE UU en Mesa Redonda, el programa político estrella de la televisión cubana. En un artículo publicado en 2010, Morales Domínguez criticó duramente la creciente corrupción en el país, calificándola de mayor peligro para la revolución que la disidencia interna. Rompiendo un gran tabú, señaló con el dedo a los círculos del poder que se hallaban en el centro de dicha corrupción y, lo que resultó todavía más ominoso para él, denunció que los miembros del gobierno estaban reforzando sus posiciones para transferir la propiedad del Estado a sus propias manos privadas tan pronto como caiga el régimen, del mismo modo que ocurrió en la Unión Soviética/18.
En respuesta a su artículo, las autoridades expulsaron a Morales de la Mesa Redonda y dejaron en suspenso su afiliación al PCC. Más tarde pudo reintegrarse en las filas del partido, pero no a su puesto de comentarista de televisión. Morales Domínguez también ha publicado escritos críticos sobre el racismo rampante en la isla/19. Aunque todavía no ha tocado el “tercer raíl” de preconizar la organización de los negros cubanos al margen de las organizaciones oficiales, recientemente ha planteado cuestiones “peligrosas” como “¿ha desaparecido realmente el racismo institucional?” y ha cuestionado directamente la voluntad del régimen de combatir el racismo afirmando que “evidentemente no, o solo de manera relativa, porque nuestro aparato institucional-estatal aún no ofrece los resultados que se esperan de él para desde las instituciones combatir el racismo/20.” Morales ha titubeado sobre esta cuestión, negando en ocasiones que en Cuba exista racismo institucional, pero insistiendo en que “ciertos elementos de falta de voluntad política y de excesivo espíritu burocrático” impiden al gobierno hacer lo que debiera para eliminar el racismo/21. También ha puesto en tela de juicio, aunque solo de modo implícito, la antigua línea oficial del gobierno en materia de racismo, que según él es un legado del pasado capitalista y colonial de Cuba, y ha señalado que “siendo estos entonces fenómenos, no solo el resultado de lastres heredados, sino de imperfecciones sociales… En esas imperfecciones sociales que arrastramos, organismos centrales de nuestro estado tienen todavía una buena cuota de responsabilidad/22.”
Hay otros críticos leales al sistema que, al igual que Morales Domínguez, ya han tenido problemas con las autoridades por sus opiniones. Uno de ellos es el blog La Joven Cuba (LJC), publicado por tres académicos de la Universidad de Matanzas, que se halla a un centenar de kilómetros al este de La Habana. LJC se creó en 2010 con ánimo de “defender a la Revolución”, pero también de propiciar el “debate interno sobre su presente y futuro”. A pesar de que ha atacado con firmeza a blogueras disidentes como Yoani Sánchez, a menudo ha reproducido comentarios bastante críticos de lectores del blog, muchos de ellos exiliados cubanos, y los ha debatido respetuosamente. Esta característica del blog, junto con sus críticas reiteradas con respecto a la pobreza intelectual del pensamiento marxista oficial en las universidades cubanas/23, al periódico del partido,Granma,y a la lenta puesta en práctica de las resoluciones adoptadas en la Conferencia del partido de 2012, es la causa probable del bloqueo de diez meses (de julio de 2012 a abril de 2013) que le impusieron los administradores de la Universidad de Matanzas/24.
IV
También existe una corriente crítica de izquierdas y decididamente abierta que se ha desarrollado en la isla. Aunque sus miembros evitan la etiqueta de disidentes para que no les asocien a la economía de mercado y a la obediencia a Washington que ha caracterizado a buena parte de los políticos disidentes de derechas, tanto del ala moderada como del ala dura, su postura abiertamente crítica, que en Cuba coloca a uno automáticamente en la oposición, les sitúa claramente fuera del ámbito permitido por las autoridades, por lo que se exponen al acoso oficial/25 y a la pérdida de una serie de ventajas, como viajes pagados a conferencias en el extranjero, que sí se autorizan a quienes pueden ser críticos pero “respetan” el sistema. Al igual que todos los elementos situados a la izquierda del centro en Cuba, en su mayoría son estudiantes, académicos, artistas e intelectuales. A diferencia de otros, estos tratan de llegar a personas ajenas a su entorno inmediato y abrazan causas populares.
Lo que más llama la atención de esta nueva izquierda crítica es el consenso ideológico que ha desarrollado en torno a la centralidad de la autogestión de los trabajadores, una noción muy poco arraigada en la traduición política cubana. Esta insistencia en la autogestión es común a diversos grupos de distintos orígenes, que ocasionalmente colaboran entre sí y forman un sector crítico de izquierdas. Uno de estos grupos es el que está organizado en torno a la figura del diplomático jubilado Pedro Campos Santos, quien junto con sus socios, que participaron en los primeros años de la Revolución Cubana, intentan cultivar las tradiciones del marxismo clásico y desarrollar las ideas de la gestión participativa y democrática. Otro grupo, el más visible de este sector crítico de izquierdas, es Red Observatorio Critico/26, integrado mayoritariamente por jóvenes cuya orientación política no se basa en un programa puro y duro, sino más bien en un frente ideológico que incluye a ecologistas, anarquistas e incluso a católicos de izquierda. El Observatorio ha intentado promover toda una serie de actividades relacionadas con el medioambiente y con cuestiones relativas a la homosexualidad y a las mujeres. Tal vez esto explique por qué las autoridades han puesto el punto de mira especialmente en miembros del Observatorio, llegando a despedirlos de su empleo e incluso a encarcelarlos por tiempo breve.
Otro de los grupos activos en el entorno crítico de izquierdas es el Proyecto Arcoiris, dedicado a la liberación gay, que intenta independizarse del oficial Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), dirigido por Mariela Castro Espín (una hija de Raúl Castro), y del Observatorio de los Derechos LGTB (que no debe confundirse con el Observatorio Crítico), un grupo asociado a disidentes moderados y conservadores/27. Otro grupo independiente, formado por militantes negros críticos con el sistema, la Cofradía de la Negritud, ha colaborado con el Observatorio Crítico en actividades encaminadas a destacar el papel de los cubanos negros en la historia de Cuba, conmemorando, por ejemplo, la masacre de los cinco abakuás –miembros de una sociedad secreta afrocubana– por intentar defender sin éxito a ocho estudiantes de medicina blancos para que no fueran ejecutados, el 27 de noviembre de 1871, por profanar la tumba de un oficial del ejército español/28.
A pesar de sus esfuerzos, el Observatorio y otros componentes de la izquierda crítica todavía no han sido capaces de establecer una relación estable con algún grupo social importante, un hecho que también se da en el caso de los disidentes de derechas del ala moderada o dura. La represión oficial, el control gubernamental sobre los medios de comunicación, el acceso muy limitado a Internet (permitido a poco más del 5% de la población), con una de las penetraciones más bajas de América Latina y el Caribe, estos factores explican por qué son pocos los cubanos que tienen contacto con el pensamiento crítico, sea este de izquierdas o de derechas, o siquiera con la actividad de los comunistas liberales.
V
Un subproducto desafortunado de la insistencia en la autogestión local ha sido la ceguera que impide ver al elefante que hay en la habitación: el Estado de partido único que lo controla y lo abarca todo. En consonancia con esta actitud, los debates sobre la autogestión suelen ignorar la necesidad de una planificación a escala nacional y el hecho de que el PCC monopoliza esa planificación y lo seguirá haciendo mientras no se suprima su monopolio político. La experiencia yugoslava del siglo pasado enseña que la auténtica autogestión a escala local solo puede funcionar de verdad cuando hay una planificación que incluya la participación democrática local de los trabajadores, pero que tenga un alcance nacional, en vez de una dirección de la economía basada en los dictados del Estado de partido único y/o del mercado. Las decisiones relativas a cuestiones vitales como la acumulación y el consumo, los salarios, los impuestos y los servicios sociales afectan al conjunto de la sociedad y limitan significativamente el alcance de las decisiones tomadas en cada centro de trabajo.
En el caso del Observatorio Crítico, el hecho de no prestar atención al partido y al Estado puede deberse a la creciente influencia del anarquismo, una ideología política que predominaba en el movimiento obrero cubano a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, pero que quedó prácticamente marginada con el ascenso de los sindicatos comunistas a finales de la década de 1920. Algunos de los críticos de izquierda cubanos actuales se vuelven hacia un pasado que permita convalidar sus propias posiciones políticas y encuentran en el anarquismo cubano una corriente que, a pesar de sus numerosos defectos, cuenta con un honroso historial político en la isla.
VI
Conclusión
El proceso de degradación moral y social que tiene lugar en Cuba, denunciado por el propio Raúl Castro/29, es fiel reflejo de un sistema político y socioeconómico en que muchas personas pobres y trabajadores –particularmente el 40 % de la población que no recibe remesas del extranjero– no ven otra alternativa que la emigración o la delincuencia, que en el caso cubano implica robar al Estado.
Con la desaparición de la generación histórica de líderes revolucionarios en los próximos cinco a diez años emergerá un nuevo panorama político en que es posible que resurja la acción política de oposición. Algunos podrán alegar que dado que no es probable que el socialismo de orientación democrática y revolucionaria esté en el orden del día inmediato, no es cuestión de avanzar este tipo de perspectiva. Sin embargo, es esta visión política, que preconiza la autogestión democrática de la sociedad cubana, la que puede dar lugar a una resistencia poderosa a lo que es probable que suceda. Invocando la solidaridad con los más vulnerables y reivindicando la igualdad de clase, raza y género, un movimiento puede crear la unidad contra los antiguos opresores y los que emergen en el horizonte.
* Samuel Farber nació y se crió en Cuba y ha publicado numerosos libros y artículos sobre este país. El articulo es publicado en el número 136 de la revista Viento Sur
Notas
1/Camila Piñeiro Harnecker, “Visiones sobre el socialismo que guían los cambios actuales en Cuba”, Temas, n.º 70 abril-junio de 2012. http://www.temas.cult.cu
2/Marc Frank, “Cuba to embark on deregulation of state companies”, Reuters, 8 de julio de 2013. http://www.reuters.com/ article/2013/07/08
3/ “Gobierno: Las empresas estatales podrán ‘comercializar sus excedentes’ según la oferta y la demanda”, Diario de Cuba, 28 de abril de 2014.http://www.diariodecuba.com/ cuba/1398696762_8343.html
4/ Véanse los Lineamientos 11, 14, 16, 17, 18, 20, 23, 68, 35 y 121 del VI Congreso del Partido Comunista Cubano, Lineamientos de la política económica y social del partido y la revolución, aprobado el 18 de abril de 2011, “Año 53 de la Revolución”. Véase asimismo el comentario detallado de estas propuestas de autonomía empresarial en mi libro Cuba Since the Revolution of 1959. A Critical Assessment, Chicago: Haymarket Books, 2011, 281-282. Hasta mayo de 2014 se había autorizado la conversion de 246 cooperativas no agrarias en pequeñas empresas.
5/ Camila Piñeiro Harnecker, “Visiones sobre el socialismo que guían los cambios actuales en Cuba”.
6/ Según informa el blogueroTed Henken en un breve mensaje del 24 de mayo de 2013. instagram.com/p/ZtDKffw031/
7/ Esta información ha sido facilitada por el sociólogo mexicano Ramón I. Centeno, quien visitó y entrevistó a varias personas que trabajaban en el CEEC en el verano de 2013. Comunicación personal del 19 de julio de 2013.
8/ Véase el estudio histórico deRigoberto Segreo Ricardo, Iglesia y Nación en Cuba 1868-1898, Santiago de Cuba: Editorial Oriente, 2010.
9/ Laboratorio Casa Cuba, “Cuba soñada – Cuba posible – Cuba futura: propuestas para nuestro porvenir inmediato”, Espacio Laical, Suplemento Digital n.º 224/marzo de 2013.
10/ Lenier González Mederos, “Las Fuerzas Armadas y el Futuro de Cuba”, Espacio Laical, Suplemento Digital n.º 224/marzo de 2013, https://blu162.mail.live.com/ default.aspx?id=64855
11/ Espacio Laical Digital, Año X – n.º 38; abril-junio de 2014,
12/ Orlando Márquez, “Sin miedo a la riqueza”, Palabra Nueva: Revista de la Arquidiócesis de la Habana, n.º 203 (enero de 2011), http://palabranueva.net/ contens/1101/0001014.htm
13/ Armando González García, “El inquieto periodismo del Padre Pastor”, Palabra Nueva, abril de 2013, http://www.palabranueva.net/ newPage/index.php?option
14/ Waldo Fernández Cuenca, “Carlos Castañeda: el periodismo hecho éxito”, Palabra Nueva, mayo 2013, http://www.palabranueva.net/ newpage/index.php?option
15/ Eladio Gaspar González Fuxá, “Walt Disney: un genio al servicio de la niñez y de la cultura universal”, Palabra Nueva, junio de 2013. http://palabranueva.net/ newPage/index.php
16/ Rafael Hernández, “Carta a un joven que se va”, La Joven Cuba, 13 de junio de 2002.
17/ Rafael Hernández, “Diálogo imaginario sobre política cubana”, La Jornada, 14 de abril de 2010.
18/ Esteban Morales Domínguez, “Corrupción: ¿La verdadera contrarrevolución?”, UNEAC ( Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), 4 de abril de 2010.
19/Varios ensayos suyos sobre la raza y el racism han sido traducidos al ingles y publicados bajo el título de Race in Cuba. Essays on the Revolution and Racial Inequality, Editado y traducido bajo la dirección de Gary Prevost y August Nimtz, Nueva York: Monthly Review Press, 2013
20/Esteban Morales Domínguez, “Cuba: El racismo ¿es aún institucional?”, HavanaTimes. org, 16 de mayo 16 de 2013. http:///www.havanatimes.org/ sp?p=85328
21/Esteban Morales Domínguez, “Retos de la educación cubana ante la cuestión racial”, HavanaTimes.org, 3 de octubre de 2013. http://www.havanatimes.org/sp/ ?p=90996
22/Esteban Morales Domínguez, “Cuba: El racismo ¿es aún institucional?”
23/Harold Cárdenas Lema, “El marxismo en las aulas cubanas”, La Joven Cuba, 9 de enero de 2012. http://lajovencuba.wordpress. com/2012/01/09
24/Rogelio M. Díaz Moreno, “Un mal año y la persistencia de la esperanza”, Red Observatorio Crítico, 31 de diciembre de 2012. http:// observatoriocriticodesdecuba. wordpress.com/2012/12/31/
25/Un ejemplo reciente de este acoso lo describe Isbel Díaz Torres en “Funcionario comunista en contra de los Derechos Humanos”,HavanaTimes.org, 30 de julio de 2013. http://www.havanatimes.org/sp/ ?p=88993
26/Para una descripción interesante del desarrollo del concepto de autogestión en Cuba, véase Armando Chaguaceda, “El pasado de una ilusion”,HavanaTimes.org, 29 de agosto de 2012.
27/June Fernández, “Activistas que no se casan ni con la disidencia ni con el regimen en Cuba”, fronterad. RevistaDigital, 23 de julio, 2012.http://www.fronterad.com/?q= node/5856
28/Redacción IPS, “Homenaje a héroes afrodescendientes de Cuba,” 29 de noviembre de 2011, https://network23.org/ observatoriocritico/tag/ abakua/
29/Victoria Burnett, “Harsh Self-Assessment as Cuba Looks Within”, The New York Times, 24 de Julio de 2013, A9. Raúl Castro Ruz, “Enfrentemos los nuevos retos con la misma decisión e inconmovible fe en la victoria”, Juventud Rebelde, 7 de julio de 2013. http://www.juventudrebelde.cu/ cuba/2013-07-07.